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Fernández Merayo, 300 días de gobierno de Ponferrada marcados por la inacción

Los temas pendientes se acumulan sobre la mesa de la alcaldesa mientras las voces críticas la acusan de excusarse con la herencia recibida

La entonces candidata del PP presentó el 22 de mayo su promesa electoral de lanzaderas por ferrocarril para enlazar con el AVE en el puente sobre el ferrocarril.

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León

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Tempus fugit. Concretamente algo más de 300 días desde Gloria Fernández Merayo tomó las riendas del Ayuntamiento de Ponferrada con el reto de encajar el puzzle de corporación municipal que había configurado las elecciones de mayo y dar solución a los problemas que aquejan a Ponferrada.

«Es tiempo ya de que deje de esconderse detrás del anterior equipo de Gobierno y que comience a dar soluciones a los problemas de la ciudad, que para eso asumió la responsabilidad de ser alcaldesa. No para salir en la fotos». Una crítica directa efectuada por el ex regidor de Ponferrada y que, en buena medida recoge el sentir de otros sectores de la ciudad, que le reprochan a Fernández Merayo su falta de acción para resolver alguno de los problemas heredados o que han surgido bajo su mandato.

Y es que sobre la mesa del despacho de la alcaldesa se acumulan los asuntos pendientes, mientras que en el bagaje de su acción de gobierno ya se han perdido, en estos 300 días, promesas que fueron su bandera en la refriega electoral. Este es el caso de las lanzaderas que deberían conectar Ponferrada con la capital de la provincia por ferrocarril. En este asunto, en el que empeñó en primera persona su palabra, la entonces candidata Fernández Merayo, se ha pasado de los «trenes Alvia o Avant que trasladarían viajeros al AVE entre León y Ponferrada» (promesa electoral realizada el 22 de mayo), realizada por Fernández Merayo, a un traslado por carretera, poco utilizado y muy criticado.

«Lo que debería hacer es luchar por recuperar la conexión perdida con la meseta a través del Intercity», le reclaman desde la bancada de la oposición, contraponiendo la acción de gobierno ponferradina con las medidas que se han realizado en otras localidades de la provincia y que han permitido la recuperación de conexiones ferroviarias perdidas con la capital.

A las criticas por la falta de acción de gobierno del ejecutivo que encabeza Gloria Fernández Merayo se sumaron este miércoles los socialistas. Un ‘socio’ accidental que con su abstención permitió la aprobación de los presupuestos de 2016, pero que ya ha comenzado a demandar hechos al actual equipo de gobierno. Así, desde la bancada socialista no se ha dudado en otorgar su parte alícuota de responsabilidad en la situación de abandono que presente en la actualidad la ciudad, hasta el punto de afirmar con rotundidad que «el actual estado de la ciudad es un riesgo contra la salud, la higiene y la seguridad pública». Sobre la mesa de Merayo, está su petición para la puesta en marcha de un ‘plan serio’ para ir tamizando ‘barrio a barrio’ las actuaciones que se realicen en la ciudad en vez de andar ‘a salto de mata’ con la brigada de obras y una sucesión de ‘operaciones baldosa’.

A la decisión adoptada por ejecutivo de Fernández Merayo de no dar continuidad a algunas de las obras ‘heredadas’ del gobierno del bipartito —tal sería el caso de la segunda fase de la plaza Claudio Sánchez Albornoz, para la que, según el ex regidor, habrían quedado presupuestadas esas obras—, se sumaría la falta de noticias sobre alguna de las obras que incluía como cabeza de cartel en el programa electoral del PP en Ponferrada.

Tampoco se han cumplido compromisos adquiridos con trabajadores, como los de las piscinas del campus, a cinco días de la cita con las urnas para dirimir el gobierno local. «No se van a cerrar las piscinas», aseguró una candidata que no ha podido cumplir su compromiso una vez ha asumido la acción de gobierno, ya que las citadas instalaciones acumulan casi nueve meses cerradas.

De igual forma se han sucedido los conflictos laborales en servicios externalizados por el Ayuntamiento. En dos casos aún por resolver, el de asistencia a domicilio y el de la recogida de la basura, limpieza viaria y mantenimiento de parques y jardines, donde los trabajadores de los mismos han decidido tomar la calle buscando respuestas. De hecho, desde la adjudicataria del servicio de atención a domicilio no se ha dudado en señalar directamente al Ayuntamiento, acusándolo de «pasividad» y «falta de una respuesta que ofrezca soluciones» a la actual situación. Una inacción municipal que ha llevado a la empresa a plantear un Erte para regular la jornada laboral de los trabajadores que prestan este servicio.

De igual manera, también está pendiente de definición el nuevo borrador que licite el servicio de autobuses urbanos en la ciudad.

Por lo que respecta a la promoción turística de la ciudad, desde las bancadas de USE-Bierzo se ha puesto en entredicho la decisión del ejecutivo de Merayo de acudir a una feria como Fitur, fuera del paragüas de la Junta de Castilla y León. Además de poner en duda la rentabilidad de esa promoción al margen de otras zonas turísticas de Castilla y León, e incluso aprovechando las sinergias que tiene el Consejo Comarcal —con la bandera de Las Médulas— que sí acudió a la cita en el pabellón autonómico, desde esta formación se ha pedido en retiradas ocasiones que se informe del ‘coste real’ de una iniciativa que han calificado de «error de concepto».

Desde las filas que encabeza el ex regidor ponferradino no se ha dudado en afirmar que la decisión de acudir a Fitur en solitario le ha supuesto a las arcas municipales una cantidad próxima a los 30.000 euros, puntualizando que «acudiendo en el pabellón de Castilla y León la promoción de Ponferrada hubiera sido gratuita». Tampoco han sentado nada bien en algunos sectores de la ciudad algunas de las decisiones adoptadas por el ejecutivo de Fernández Merayo en sus 300 días de gobierno. Este sería el caso del comercio del centro de la ciudad que no ocultó su malestar por el hecho de que se suspendiera la cabalgata de Reyes por razones climatológicas. Desde Templarium se puso el acento en aquel entonces, sobre el gran perjuicio económico que había causado a los establecimientos tradicionales la suspensión del desfile. Incluso como acción de protesta llegaron a protagonizar una jornada de ‘escaparates apagados». Tempus fugit y la acción de gobierno, tras más de trescientas jornadas no aparece.