Diario de León

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Peñalba vuelve a la época mozárabe

El Valle del Silencio escenificó ayer un reclamo real: el regreso de la Cruz de Peñalba al Bierzo y lo hizo con la recreación de la entrega de la reliquia por parte de Ramiro II a las gentes del pueblo

Los participantes en la recreación acudieron al acto vestidos de época. ANA F. BARREDO

Los participantes en la recreación acudieron al acto vestidos de época. ANA F. BARREDO

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León

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dl | ponferrada

El Valle del Silencio volvió ayer al siglo X con la Fiesta Mozárabe de Peñalba de Santiago. Como lleva sucediendo desde hace más de cinco años, los habitantes de uno de los pueblos más bonitos de toda España regresaron a los tiempos de los trovadores y de los reyes con la recreación de la entrega de la querida Cruz mozárabe de Peñalba.

Alrededor de las ocho de la tarde comenzó el particular teatro de calle en el que vecinos y foráneos se engalanaron para la ocasión y para la época a la que se hace homenaje. Desde la entrada del pueblo, el mismísimo Ramiro II y todo su séquito comenzaron su ruta hacia la edificación mozárabe Bien de Interés Cultural. En la parte baja de la localidad, los obispos y habitantes comenzaron su andadura hasta reunirse con el monarca frente al atrio de la iglesia. Fue en ese momento cuando se hizo la entrega de la reliquia al pueblo de Peñalba de Santiago. Con esta recreación que se lleva celebrando un lustro, la asociación organizadora Vecinos Valle del Silencio pretende reivindicar el protagonismo y la importancia de un pasado mozárabe.

La celebración consigue atraer a más de 200 personas de dentro y de fuera de la comarca —siendo esta celebración un reclamo turístico en un momento en el que la localidad ha sido declarada uno de los pueblos más bonitos de España— los cuales ven representado el ansiado regreso de la cruz que un día estuvo en poder del pueblo y uqe ahora reposa en el Museo de León. Antes de finalizar la representación, se dio paso a la interpretación de la pieza ‘Valle del Silencio’ compuesta por Javier Vecino. Acto seguido comenzó la tradicional cena medieval, en la que los asistentes pudieron degustar productos acordes con la época como churrasco, empanada y pastas.

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