Pittacum convierte su bodega de Arganza en un centro social y cultural
La dirección lanza en plena vendimia el tinto ‘Val de la loba’,. un mencía de paraje.
M. Félix | Ponferrada
De nuevo Bodegas Pittacum vuelve a sorprender. Inmersos en plena vendimia, presentaron ayer su nuevo vino, Val de la Loba . Un mencía singular y genuino, que se enmarca en la filosofía del grupo Terras Gauda, de producción pegada al terruño de cepas centenarias. En su segunda elaboración, con 18.000 kilos de uva —metidos racimos enteros con pisada tradicional en depósitos de 2.500 litros para producir 25.000 botellas— aporta la elegancia, complejidad, equilibrio, suavidad y frescura de lo auténtico. Su enólogo, Alfredo Marqués, lo definía con una frase clarificadora: «Son vinos que hay que dormir con ellos para que reflejen su lugar de origen».
Otra de las novedades que anunciaba Enrique Costas, director general del grupo, fue que la también singular bodega de Arganza se convierte a partir de ahora en punto de encuentro social y cultural. La ceden gratis para actos sociales.
En la fiesta de la vendimia de Pittacum estaba Antón Fonseca, el vicepresidente de Terras Gauda. Su padre, José María, no pudo asistir a última hora por problemas de agenda. Aludiendo a los siete vinos que elaboran en esta bodega berciana, les va bien en Pittacum. Sus directivos cuentan que consolidan la estrategia de internacionalización con entrada en nuevos mercados como el ruso, australiano o francés. También delantaron que no descartan elaborar godello. Cuando lo hagan, será en el Bierzo y no en Galicia. «De gama alta, el mejor», remarcan.