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declaraciones de la mujer

«Me dijo: ‘Mi reina, no te salvará una pulsera, ni a ti ni al niño’»

La mujer, de espaldas a las puertas de los juzgados, ayer junto a su abogada Emilia Esteban. DE LA MATA

Publicado por
León

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DL | PONFERRADA

«Su libertad es mi encarcelamiento. Cada vez que sale de la cárcel me tengo que encerrar en casa», decía ayer, a las puertas del juzgado, la mujer de 35 años que acusa a su expareja y presunto maltratador de enviar a dos hombres para secuestrarla cuando salía de su casa de Fabero y vejarla después en un trastero de Bembibre. De espaldas a las cámaras de dos fotógrafos y un reportero de televisión, acompañada de su abogada, a la que de vez en cuando se abrazaba y después de acudir al servicio forense y de apoyo psicológico en los juzgados de Ponferrada, la mujer respondió a las preguntas de los periodistas que aguardaban su salida. Muy cerca de ella, en otra sala del edificio, su supuesto agresor estaba a punto de pasar a disposición judicial.

«Pido que me protejan, a mí y a mi hijo, si no me va matar», repitió la mujer, en unas declaraciones entrecortadas por la ansiedad. La joven, con un niño de 12 años fruto de una relación anterior, también teme por la vida del pequeño y, desesperada, y mientras atendía a los periodistas, llegó a plantearse si no sería mejor retirar las denuncias, como le ha pedido su presunto maltratador. «A mí me va a matar igual, pero así al menos dejaría en paz a mi hijo». Y añadió una frase que dejó helados a quienes le escuchaban. «El día que lo denuncie, firmé mi sentencia de muerte».

La mujer se siente indefensa. Todavía aterrorizada, contaba la pesadilla que vivió durante la noche del lunes, cuando dos hombres la asaltaron al salir de su casa para pasear al perro sobre las once de la noche, con el dispositivo telemático de alarma cargando en un enchufe, y después le vendaron los ojos y la metieron en un coche para trasladarla al trastero del domicilio de su presunto maltratador en Bembibre, de donde no se habría movido en ningún momento. La mujer reconoció la voz de su ex pareja, que siempre se dirigió a ella como solía hacerlo en sus mensajes amenazantes mientras le bajaba los pantalones y se reía «Me dijo ‘Mi reina, no te va a salvar una pulsera, ni a ti, ni al niño’».

‘Para las vías’

La vecina de Fabero contó ayer que maniatada, a su presunto agresor, que llevaba puestos unos guantes, no le llevó mucho tiempo vejarla. «Me ató, me bajó la ropa, me echó algo caliente, pegamento, y me amenazó. Al final les dijo (a los dos supuestos cómplices que la secuestraron); ‘para las vías’».

Con los ojos vendados, de nuevo en el coche con los dos hombres, la mujer asegura que escuchó las exclamaciones de uno de sus captores, que se quejaba después de que el terreno irregular por el que circulaban rozara los bajos del automóvil. «‘Qué venga y lo haga él’, le dijo al otro hombre, que nunca hablaba». Finalmente no la dejaron en las vías, sino en una casa vacía del barrio de La Estación. Su presunto maltratado no se habría movido en ningún momento de su domicilio, controlado por el GPS de su pulsera telemática. «Si hubiera sido él el que hubiera ido lo hubiera hecho», afirmó, convencida de que su vida ha estado en peligro.

La víctima está muy preocupada por su hijo de 12 años. «Si no hago lo que el dice, amenaza con hacerle daño al niño». Y lo que le dice, aseguraba ayer sin poder contener las lágrimas, es que si lo ve con otro, si no le quita las denuncias, si no vuelve con él, «me mata».

La mujer narró episodios anteriores donde se libró «de una paliza» refugiándose en un portal. Relató cómo, aunque bloqueaba sus perfiles, siempre encontraba la forma de acosarla en redes sociales. Y habló de una carta amenazante que le envió en agosto donde le contaba sus experiencias en la cárcel, donde habría conocido gente.