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LA VÍCTIMA DECLARACIONES TRAS EL AUTO DE PRISIÓN

«Él dio los nombres de esas dos personas, que son del Bierzo»

La imagen muestra a la mujer que denunció, ayer leyendo el auto del juez que envía a su expareja a la cárcel. DL

Publicado por
León

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MANUEL FÉLIX | Ponferrada

Mirada perdida, ojeras negras, ojos enrojecidos y cara de haberlo pasado mal. Este era el aspecto que ayer presentaba la vecina de Fabero que ha denuciado a su expareja de ser el causante de su secuestro, ser maniatada, introducida en un coche y llevada de noche a Bembibre por dos personas, a la bodega del inmueble del ahora encarcelado, donde cuenta que fue vejada.

—¿Satisfecha con el auto de prisión?

—Sí, por la parte de él. Pero hay dos personas ahí fuera.

—¿Eso es lo que ahora te preocupa?

—Estaré tranquila del todo cuando cojan a los otros.

—Es la primera vez que esbozas una sonrisa en esta mañana, al conocer la decisión del juez ...

—Sí, es un alivio.

—¿Cómo te encuentras?

—Me encuentro mal, muy saturada, muy agobiada, muy asustada. Tengo la cabeza que no se dónde la tengo.

—¿Cómo estás pasando este trámite de los juzgados y las pruebas fonrenses?

—Es estresante. Siempre que le he denunciado y venir aquí, es muy difícil. Llevo un año con este calvario. Declaraciones, detenciones de hoy, y mañana no saber si lo soltarán. He perdido la cuenta de los quebrantamientos de condena.

—Lo último que ha trascendido este lunes fue la gota que colmó el vaso ...

—No. Esto no es lo último. Lo último es cuando me mate.

—¡Qué fuerte esta afirmación!

—Lo último es cuando me mate.

—¿Has tirado la toalla?

—No es que tires la toalla, es que es una realidad.

—¿Tú crees que te va a matar? y ¿de qué manera se puede impedir eso?

—No lo dudo. No se cómo impedir eso. Escondiéndome yo, pero yo no tengo porqué esconderme, largarme de mi casa, de mi entorno, de mi familia, alejar a mi hijo de su padre. No.

—Tu hijo tiene 12 años, ¿cómo está pasando esta situación?

—Él, bien. Es fuerte, es un hombrecito. Hablé con él y está bien. Siempre tenía miedo que I. se intentara vengar.

—¿Qué le has hecho a tu ex- pareja para recibir ese odio que cuentas?

—Las dos cosas que él no quería: dejarlo y denunciarlo. Firmé mi sentencia de muerte.

—¿Y todo lo que has relatado que te pasó la noche del lunes?

—Él ya me amenazó con unas personas y dio nombres y todo de esas dos personas.

—¿Son personas que tú conoces?

—No. Le preguntaron en los juzgados a él quienes eran y ya dijo quienes eran, pero solo me dijo nombres. Bueno, a uno sí lo conozco pero estaban tapados. No lo se.

—¿Son personas que conoces y podían ser de aquí del Bierzo?

—Sí, sí, claro. Aunque él y yo no tenemos amigos en común.

—En el trastero sí reconociste los playeros de tu expareja.

—La voz. Yo declaré sobre el calzado de cada uno y casualmente yo describí unos tenis y a él le preguntaron si tenía unos así y reconoció que sí. Le preguntaron cuándo los había comprado y los compró en abril. O sea, mucho tiempo posterior al tiempo que estuvo conmigo en pareja. A este señor hace mucho que no lo veo, exceptuando el 8 de marzo, que me escondí en el portal, si no me coge, y el lunes por la noche, que también lo oí y su calzado.

—Si te dicen que te vayas a un lugar de protección de víctimas de violencia ...

—Hace treinta años que los sitios de protección están en el mismo lugar. Los maltratadores saben dónde están las casas de acogida. Y yo no me voy a un sitio con horarios de comida y demás, porque sino ¿qué me encarcelan a mí? ¿Me tengo que encarcelar yo? Para mí esas son cárceles.

—¿Tenías trabajo?

—No. Estoy en el paro y cobro el subsidio. Tampoco he buscado ahora porque cada vez que quiero un poco tirar para adelante, pues otra vez. Yo no puedo ir a pedir un trabajo cuando dos o tres veces a la semana voy a médicos. Cuando falla un engranaje, fallan todos. Y yo, si psicológicamente no estoy bien, el estómago, los huesos, al final fallan los engranajes porque estás debilitada.

—Hay que ser fuerte para salir en los medios de comunicación a contarlo ...

—Yo ví que salía en muchos medios y que se decían cosas como que la culpa era mía por no llevar la pulsera. Es que a mí no me la han puesto, es a él. Yo llevo GPS. A mí me quitaron todo, hasta las llaves y la chaqueta. Ví que se decía también que me había violado, y gracias a Dios, no. Entonces, sales, porque lo que es, es, y lo que no, no. Tampoco.

—Y por eso has sacado valor. Lo digo porque hay muchas mujeres en España maltratadas, y a la hora de dar la cara, públicamente, es muy fuerte para ellas ...

—Es que es muy fuerte, porque se te cuestiona. Yo he tenido que escuchar o leer cosas duras. Es muy fácil especular. Como digo yo, el cotilleo está muy bien, pero el verdulerismo, ya no. Puedes criticar algo si tienes las pruebas delante, pero ir al verdulerismo, no; porque eso es suponer. Con las suposiciones se puede hacer micho daño.

—Dice tu abogada que tienes que demostrar que eres tú la víctima ...

—Siempre, siempre. A él le preguntan y su respuesta al juez fue ‘yo no fui, pero me lo tomo con humor’. Es frío. Siempre tienes que demostrar que eres víctima. Buscan y rebuscan.

—Quieren asegurarse, porque ha habido mujeres que, con todos los respetos para las afectadas, han fabulado ...

—Sí, pero aquí tienen pruebas. Me envió una carta con amenazas y me contaba cosas del interior de la cárcel. No soy adivina.

—El lunes, cuando te pasó todo esto, dijiste ‘Adiós, este es el fin de mi vida’

—Sí, me dije y pensé, se acabó. Ya está. Pero pensaba mucho más en el niño, en mi hijo, que se había quedado solo en la casa, en Fabero, y con una puerta abierta.