«La pintura es el punto de equilibrio y de encuentro»

Manuel Félix | Ponferrada

Varios edificios de Ponferrada llevan su sello arquitectónico. Pedro Pacios compatibiliza ahora su despacho de arquitectura en la ciudad con la pintura. Mañana jueves expone por primera vez en el Museo del Bierzo una parte de sus cuadros, en los que se aprecia claramente la evolución de los colores en su obra, desde la influencia velazquiana del retrato hasta el impresionismo más personal de los paisajes del Bierzo o Castilla.

—¿Qué presenta en su estreno en el Museo del Bierzo?

—Traigo básicamente tres bloques de cuadros. Los de la primera época de color sobre un fondo negro, de Velázquez, los rojos. La segunda época me pasé un poco al acrílico y paisajes castellanos. Y la tercera es más bien color y paisaje, las llanuras, el horizonte, espacios abiertos.

—¿En qué estilo le encuadran?

—Yo diría que expresionismo figurativo, quizás. Los nombres tampoco dicen mucho.

—Arquitectura y pintura se complementan ...

—Sí, perfectamente. El espacio siempre ha sido un elemento fundamental en la arquitectura y en la pintura. No se trata de una pintura plana, es con horizonte, con lejanía, en la que se sitúan objetos, que es el paisaje, y en ese aspecto coincide todo.

—¿Qué intenta transmitir?

—Es una visión personal de las cosas, del paisaje. Tratar de expresar lo que uno siente a través de un color. Cada uno tiene una forma de pensar y de sentir. ‘Es lo que vi’, se suele decir.

—¿Porqué se ha decidido a exponer ahora?

—Bueno, yo tengo mucha obra, tengo muchos cuadros y me dije que era el momento de enseñarlo al público. Creo que puede tener un nivel que a la gente le guste. Un trabajo en soledad no es completo, hay también que comunicar con la gente.

—Es hedonista la pintura ...

—Sí, claro. Como el periodismo. Todo lleva algo de eso.

—Es una válvula de escape para canalizar lo que va dentro...

—La pintura es el punto de equilibrio y encuentro. Vas dando tumbos, y ahí estás tú solo. Y entonces, te encuentras siempre.

—Su pintura se puede comprar ...

—Sí. Todo se puede comprar. Hay precios baratos, (risas).

—¿El retrato es lo que más le llena?

—Sí, sí. El retrato es para mí lo más interesante. Lo que más me llena. El paisaje lo hago más por una cuestión comercial, porque el paisaje, como que es de todos. El retrato, solo de uno. Es algo más genérico. Me gusta la persona, el estar con la persona y eso me gusta.

—¿De quién bebe?

—Pues de Velázquez, Sorolla, Rembrandt. Del primero sobre todo.

—¿Y vas hacia un estilo propio?

—Sí. Vas perdiendo, perdiendo, a medida que avanzas y vas siendo más personal. Y de algún sitio tienes que partir. Si no fuera así no llegarías a ninguna parte.

—Lo próximo es dejar atrás el tenebrismo velazquiano y acoplar color en los retratos.

—Sí, voy a peder la oscuridad en los fondos, y también figuración, que no se parezca tanto.