Halloween altera el sabor de los Santos

m. c. | ponferrada

Muchas tradiciones, religiosas y paganas, están vinculadas a la celebración de Todos los Santos y, desde luego, la repostería no se mantiene al margen en estas fechas. Dulces como los buñuelos, los huesos de santo y las rosquillas forman parte del acervo gastronómico heredado de generaciones pasadas, pero cada vez más comparten mesa y escena con lo que las nuevas generaciones han empezado a importar de otros países.

Tartas con forma de tumba o calavera, rosquillas que aparentan ser ojos ensangrentados, chucherías con motivos terroríficos, arañas de azúcar, pequeñas brujas de regaliz, galletas personalizadas... Cada vez es mayor la oferta y Halloween tiene la culpa. Pastelerías y establecimientos de venta de dulces y golosinas han encontrado un nuevo nicho de mercado y el Bierzo empieza a notar el cambio de rumbo. Estos días se vende más, aunque la demanda dista mucho de la que se produce, por ejemplo, durante la campaña navideña. La implantación es gradual.

Este año sí que hemos vendido muchos más caramelos para el ‘trick or treat’», explicó la propietaria de una de las tiendas de chucherías de Ponferrada. El ‘dulce o truco’ o ‘truco o trato’ inventado por los norteamericanos también ha llegado a la comarca y parece ser que para quedarse. Las tiendas elaboran productos específicos con motivos especiales que tienen un gran tirón y también en este caso las tartas siguen siendo las reinas. Son nueva formas de endulzar esta efeméride que ganan terreno pero que, al menos de momento, no superan a lo tradicional, entre otras cosas porque nunca una chuchería va a sustituir un buen postre. Los buñuelos rellenos de crema o nata siguen a la cabeza de las preferencias de los consumidores bercianos, que hacen cola a las puertas de algunas pastelerías para no quedarse sin los suyos.

Sea como fuere, Halloween ha empezado a alterar no sólo la apariencia, sino también el sabor de Todos los Santos.