Desarrollan en el Bierzo un método para medir la biomasa con cámaras

maría carro | ponferrada

Cuantificar el volumen de biomasa que hay un territorio concreto empleando para ello cámaras áreas como las que se utilizan para la obtención de ortofotografías es posible y así lo demuestra la tesis doctoral de un alumno de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (Estia) del Campus de Ponferrada. Miguel Marabel ha desarrollado un proyecto pionero que permite saber qué peso y qué cantidad de biomasa hay en una zona concreta sin necesidad de tener que talar y pesar la materia. Todo se mide desde el aire, empleando cámaras sujetas a un helicóptero o a un dron. Además, la estimación es totalmente fiable, ya que el margen de error es inferior al diez por ciento.

Las cámaras aéreas, que tienen una resolución espacial muy elevada y permiten obtener información con mucho detalle, son las mismas que se emplean para obtener las imágenes del Google Maps o las hechas con los vuelos del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA), que hasta ahora se infrautilizan para conocer, por ejemplo, información catastral. «En esta tesis se ha demostrado que esas imágenes, que no sólo tiene información visual, sino también en infrarrojo, son muy útiles para estimar una variable como la biomasa», explicó la subdirectora de la Estia para el Campus de Ponferrada y codirectora de la tesis, Flor Álvarez Taboada.

Sobre el terreno, este proyecto puede tener un gran impacto y resultar muy útil para el desarrollo de plantas de biomasa como la que está proyectada para el Bierzo, ya que la empresa promotora puede conocer con detalle y de una forma no invasiva, el volumen de biomasa del que podrá disponer en un territorio concreto. «Es más fácil, más económico y no es destructivo», defendió el ya doctor Miguel Marabel, que ha desarrollado su tesis a partir de imágenes aéreas de superficies con estrato herbóreo (pastizales, césped o superficies sembradas de trigo y centeno) pero que extenderá el estudio a los estratos arbóreo y arbustivo.

«Hasta ahora, las plantas de biomasa utilizan métodos más destructivos o estimaciones con un margen de error mucho mayor», aseguró Marabel, explicando que una vez que la planta de biomasa determina la cantidad de energía que va a producir, qué cantidad de kilovatios va a generar, pasará a medir una extensión concreta y podrá determinar desde el aire con qué extensión cuenta para cubrir la demanda.

Aplicación en incendios

Pero el uso de esta tecnología para medir el volumen de biomasa tiene otras aplicaciones igual de importantes, por ejemplo, para determinar de qué manera se recupera un suelo después de sufrir un gran incendio como el registrado en los municipios de Fabero, Páramo y Peranzanes este verano. En casos con una extensión afectada tan grande, es necesario establecer prioridades a la hora de trabajar en la recuperación del suelo, es decir, determinar qué zonas requieren una intervención más urgente por cuestiones de erosión. En estos casos, el uso de las cámaras aéreas permitirá controlar la evolución de las herbáceas —su crecimiento es el primer síntoma de recuperación del terreno— e identificar dónde su desarrollo es menor para intervenir en ese punto.

SECUESTRO DE CARBONO

un tercer uso posible que se le puede dar a las cámaras aéreas para cuantificar la biomasa está directamente relacionado con la lucha contra el cambio climático. «El 37% de la superficie terrestre está cubierta por herbáceas que están secuestrando carbono. Es importante saber la cantidad de biomasa que tenemos, para saber cuánto carbono está capturando. Ser capaces de estimar este dato sin apenas error tiene un valor económico muy importante desde el punto de vista del cambio climático», aseguró la subdirectora de la Estia para el Campus de Ponferrada.