Seis de cada cien niños nacidos en el Hospital del Bierzo son prematuros

maría carro | ponferrada

Si bien el número de nacimientos se ha ido reduciendo paulatinamente en los últimos años en el Hospital del Bierzo, no ha sucedido lo mismo con el número de partos prematuros, que se mantiene en la misma proporción. De los casi 700 niños que han nacido hasta la fecha en el centro asistencial berciano, algo más de un seis por ciento lo han hecho antes de alcanzar las 37 semanas de gestación. Han sido 45 en este 2016 y fueron 46 de los 747 totales de 2015, según los datos facilitados por el servicio de Pediatría.

Uno de cada diez niños nace prematuro según la media mundial, muy alejada de la que regista el hospital berciano. El número es mucho más reducido, pero el protocolo de actuación es idéntico. Son bebés que precisan medidas específicas, tanto en alimentación, como de seguimiento y medidas de apoyo. «Se utilizan técnicas de humanización de acuerdo al sistema para el apoyo y el desarrollo del recién nacido y su familia desde el momento del nacimiento; entre ellas, la técnica de canguro y permitir la asistencia de los padres en los cuidados del niño en régimen de puertas abiertas», explicó la jefa del servicio de Pediatría, Ana Lucía Martínez, quien además destacó que esta última medida ha sido puesta en marcha hace tan sólo dos meses, en septiembre, y que es «un logro del que estamos muy satisfechos».

No existe ninguna prueba médica que permita predecir con exactitud la posibilidad de que una mujer tenga un parto prematuro, ni hay causas concretas que se puedan asociar directamente con ello. No obstante, entre los factores que pueden determinar que un niño nazca antes de tiempo pueden estar embarazos prematuros anteriores, embarazos múltiples y algunas enfermedades de la madre, como hipertensión, diabetes o infecciones. También la edad de la gestante, ya que el embarazo durante la adolescencia puede ser igualmente un factor de riesgo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Se considera un parto normal aquel que tiene lugar entre la 37 y la 41 semanas de gestación, independientemente del peso del recién nacido. Por lo tanto, todos los que nacen antes son considerados preterminos o prematuros y, a su vez, estos recién nacidos pueden tener pesos distintos y complicaciones diferentes», explicó la jefa del Pediatría del Hospital del Bierzo. Es entonces cuando entran en juego los criterios éticos. «En los criterios éticos actuales se considera que en menores de 28-25 semanas no serían viables, ni se debiera actuar ni reanimar por las posibles complicaciones», apuntó Ana Lucía Martínez.

En el caso concreto del Área de Salud del Bierzo, según establece el Sacyl, ésta debería atender a aquellos recién nacidos de edad gestacional igual o mayor a 32 semanas para evitar las complicaciones posteriores. Sin embargo, «en caso de urgencias, este centro ha atendido a niños con menos edad gestacional y con peso inferior a los 700 gramos). Eso sí, es un porcentaje muy reducido. De los 46 niños prematuros nacidos en 2015, únicamente tres pesaron menos de 1.500 gramos.

Complicaciones

Las complicaciones derivadas de la prematuridad son sobre todo neurológicas —hemorragia cerebral o ventricular—, patologías respiratorias por las que puede precisar reanimación y atención con ventilación asistida; problemas cardíacos, como ductus arterioso; y patologías digestivas por las que el recién nacido requiere recibir alimentación enteral ante la imposibilidad de realizar la succión.

No obstante, superado el período de ingreso y una vez que el bebé recibe el alta tras haberle practicado todo tipo de pruebas de despistaje, se le hace un seguimiento en consulta de Neonatología de modo regular y sigue teniendo una atención especial. «Entre las medidas específicas, se encuentra la vacunación con Synagis, específica para evitar la bronquiolitis originada por el virus respiratorio sincital de los prematuros», ahondó la jefa del servicio de Pediatría del centro asistencial berciano.

Así mismo, todos los grandes prematuros y aquellos que, por sus características, lo precisen son objeto de seguimiento en las denominadas unidades de Atención Temprana con el objetivo de «detectar alteraciones relacionadas con posibles discapacidades auditivas, visuales o cognitivas», añadió Ana María Martínez.