Diario de León

Vuelta a las aulas cuando cae la noche

El Bachillerato nocturno del Gil y Carrasco es el único de estas características que se oferta en el Bierzo y forma actualmente a 175 alumnos, habiendo superado el último lustro sin apenas pérdida.

Estudiantes de Bachillerato nocturno en una visita a la redacción de Diario de León en Ponferrada. DL

Estudiantes de Bachillerato nocturno en una visita a la redacción de Diario de León en Ponferrada. DL

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m. carro | ponferrada

Orientado a mayores de 18 años que están en posesión del título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o equivalente y quieren continuar con sus estudios sin poder hacerlo en los centros ordinarios en horario diurno, el Bachillerato nocturno que en el Bierzo ofrece únicamente el instituto Gil y Carrasco de Ponferrada ha capeado el temporal de la crisis manteniendo su número de estudiantes en unas cifras similares en los últimos cinco años. Así, si en el curso 2012/2013 fueron 199 los matriculados, en el período lectivo actual el número de alumnos es de 175. Una leve merma en el último lustro que obligatoriamente debe vincularse —destacó el profesor responsable de este Bachillerato, José María San Román— a la considerable pérdida de población que ha sufrido el Bierzo, más que a la falta de interés por estos estudios.

Promocionar dentro de las empresas en las que están trabajando e implementar su formación para encontrar un trabajo mejor o para iniciar estudios universitarios o de Formación Profesional (FP) son los supuestos mayoritarios por los que los estudiantes del nocturno escogen esta alternativa y retoman su formación en horario de 18.00 a 22.00 horas. Mayoritariamente son de Ponferrada y las procedencias de Bembibre y Cacabelos también son destacables, pero hay alumnos de toda la geografía comarcal, desde Barjas, hasta Puente de Domingo Flórez y Villafranca del Bierzo. La mayoría de ellos tiene entre 20 y 30 años, pero también los hay que superan los 50; y escogen el bloque de Humanidades y Ciencias Sociales por encima del de Ciencias y Tecnología.

Un plantel de 18 profesores —tres de ellos con horario completo en el nocturno y el resto dividido entre éste y el diurno— se encargan de la formación de unos estudiantes que o bien han superado la edad para poder estudiar Bachillerato de forma ordinaria, o bien trabajan y no pueden compatibilizar sus estudios o, incluso, sus problemas de salud les dejan como única alternativa estudiar por las noches.

Reciben las mismas materias que quienes estudian en horario ordinario con cinco minutos más por clase y en lugar de en dos cursos académicos, el Bachillerato nocturno está estructurado en tres. Los resultados —destacó San Román— son excelentes. «Los resultados en pruebas externas acreditan el trabajo del alumnado y de la plantilla docente».

Si bien la situación económica ha motivado, en los últimos años, una pérdida demográfica importante, también ha sido un aliciente para que muchas personas hayan decidido retomar los estudios. «Continua habiendo demanda porque hay personas que tienen un empleo muy precario y aspiran a mejorar y poder optar a un trabajo mejor. Muchos de nuestros alumnos han vuelto a los estudios porque, en un momento de crisis como el actual, se han dado de cuenta de que tener formación ayuda», explicó el también jefe de estudios del Gil, José María San Román, quien también destacó la gran diferencia que existe entre quienes cursan nocturno y quienes estudian en horario normal, principalmente porque ellos han elegido volver a estudiar y se lo toman más en serio. «Tenemos que tener en cuenta que esto supone un gasto de material y de desplazamiento, ya que únicamente lo impartimos nosotros en el Bierzo. Es un factor a tener en cuenta», añadió el profesor.

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