El comercio local se rebela contra la apertura de otro centro comercial
La asociación de comerciantes Templarium advierte a la alcaldesa que «estarán en las calles»
El solar se encuentra en La Rosaleda y linda con la avenida de Asturias. L. DE LA MATA
dl | Ponferrada
La asociación del pequeño comercio de Ponferrada, Templarium, a través de su presidente Felipe Álvarez, mostraba ayer su rotunda y frontal oposición a que el Ayuntamiento modifique el Plan General de Ordenación Urbana y permita ubicar una nueva superficie comercial de la firma Lidl en un solar vacío de la avenida de Asturias, el que había sido comprado por una firma vinculada al empresario Martínez Núñez para construir un hotel y que, con la llegada de la crisis económica fue embargado por una entidad bancaria.
El representante de Templarium advirtió a la alcaldesa, la popular Gloria Fernández Merayo, que si sigue adelante con sus planes de permitir esta nueva superficie comercial, tendrá en la calle a los comerciantes protestando. «Seguiremos hasta el final y si sigue adelante nos tendrá en las calles; esperemos que sus declaraciones se queden ahí», indicaba Felipe Álvarez, al tiempo que ponía de manifiesto que abrir el nuevo Lidl junto al centro comercial el Rosal sería la puntilla para el pequeño comercio y la zona del mercado de abastos.
«Estéticamente no queda bien; se devalúa la zona y erosiona el comercio de la ciudad de Ponferrada; Gloria Merayo debía dedicarse a atraer industrias y traer trabajo y cuando eso exista se crea otra área de servicios, ahora sobredimensionada», resumía el presidente de los comercios asociados a la marca Templarium.
La junta directiva de la asociación Templarium mantuvo la semana pasada una reunión con portavoces de todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Ponferrada, entre otras cosas, «para manifestar la preocupación por la situación crítica que atraviesa la zona comercial de la ciudad».
«La crisis del comercio y de la hostelería, la falta de viandantes y, en general, la nula actividad en el centro urbano es alarmante y está obligando a muchos negocios a echar el cierre. Algo que provoca que la ciudad se vuelva más insegura, que los edificios se devalúen y que las calles presenten una imagen lamentable. La suciedad, la inseguridad, la pérdida de valor de los inmuebles está creciendo a un ritmo preocupante que parece que poco importa a nuestros representantes políticos ¡No será porque Templarium no lo avise, pero más pronto que tarde no habrá marcha atrás!», expresan en una nota de prensa.
Para Templarium, «lejos de arreglar la situación, los planes de la alcaldesa van a empeorarla. Habla de un plan piloto para el comercio y, sin embargo, se empeña en centrar toda actividad comercial y de ocio en el barrio de la Rosaleda. En el centro urbano ya no se celebran pruebas deportivas, ni actividades en las fiestas patronales. No existe ningún aliciente para que los ciudadanos paseen y menos aún para iniciar cualquier actividad comercial u hostelera», apostillan desde la asociación.
Creen que uno de los principales motivos de esta crisis que sufre el comercio a pie de calle «fue la construcción de una gran área comercial a cinco minutos andando del centro de la ciudad, de una ciudad que no llegaba a los 70.000 habitantes». Añaden que «el centro comercial se ha convertido, por desgracia, en una barrera para los habitantes de localidades vecinas que ya ni entran en la ciudad, ni siquiera en días de mercado».