INICIATIVAS SOCIALES
Toral acogerá la equinoterapia para discapacitados si cierra El Trotón
La Asociación Camino Real ayuda a una treintena de niños del Bierzo y Valdeorras
El caballo Cartucho lleva a uno de los niños, ayudado por monitoras de la asociación. DL
C. FIDALGO | PONFERRADA
Una finca en Toral de Merayo es el lugar escogido por la Asociación Camino Real para trasladar la terapia con caballos que ofrece a niños con discapacidad desde el año 2011 si cerrara el Club Hípico El Trotón de Ponferrada. La asociación se ha querido situar al margen de la pugna que mantienen en los juzgados El Trotón, que les cede las instalaciones, y el Club de Tenis de Ponferrada, que ha visto como un juez les concedía en primera instancia el derecho a desalojar al club hípico. Pero en previsión de que se los establos y las pistas del paraje de El refugio dejen de tener actividad equina ya han buscado una alternativa para que los dos caballos que ayudan a una treintena de niños del Bierzo y Valdeorras no tengan que alejarse mucho de Ponferrada cuando atienda a los nueve residentes en la capital de la comarca.
«El único problema que habría es que no podríamos dar paseos con los caballos los días en los que llueva», aseguró ayer la educadora Sonia Torrente, una de las fundadoras de la Asociación Camino Real. Con 40 asociados, el colectivo ya usa la finca de Salas de la Ribera (Puente Domingo Flórez) para ofrecer terapia con sus dos caballos —Zapatones, de 21 años, y Cartucho, de 14— a niños discapacitados que se acercan desde la zona de El Barco de Valdeorras. La idea es trasladar ahora a los animales atendidos por el entrenador Marco Barba hasta Toral de Merayo para que los nueve niños de Ponferrada no tengan que moverse más allá de la periferia de la ciudad.
Dos tipos de terapia
La Asociación Camino Real ofrece dos tipos de terapia a los niños con discapacidad. Por un lado, usa a los caballos con niños con dificultades motoras como vía de rehabilitación muscular gracias al movimiento del propio animal.; la llamada hipoterapia; y por otro ayuda a niños retraso cognitivo a estimular sus sensaciones gracias al contacto con el equino. En ambos casos, los avances en el estado de los menores que proporcionan los caballos son evidentes, aseguran Torrente y Barba.