Un total de 41 fruticultores piden ayuda contra el fuego bacteriano
La Junta eleva a 31.000 los frutales sustituidos con esta línea de apoyo.
j. c. f. | Ponferrada
Tras cerrarse el plazo de solicitud de ayudas en la lucha contra el avance del fuego bacteriano en los frutales del Bierzo, un total de 41 fruticultores del Bierzo han recurrido a esta línea de ayudas abierta por la Junta de Castilla y León para sustituir los ejemplares dañados por la Erwinia amylovora. Una enfermedad que afecta principalmente a los árboles de pepita y que se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los profesionales del campo bercianos hasta el punto de forzarles a realizar inspecciones constantes en sus plantaciones en busca de indicios que puedan poner de manifiesto la presencia de la enfermedad.
Una vez detectada ésta, en los ataques más importantes, pueden terminar con el arranque del árbol. Una situación que en los últimos dos años —los bonificados por esta línea de ayudas puesta en marcha por la consejería de Agricultura, no en vano en el primer año por los problemas climatológicos, con constantes lluvias, y de suministro de ejemplares, impidieron la plantación de sustitución—ha afectado a un total de 31.000 árboles. Una situación que llevará a la Consejería de Agricultura que preside Milagros Marcos a dotar con 50.000 euros esta línea de ayudas para hacer frente a las peticiones de la comarca del Bierzo.
Hay que recordar que, para ser beneficiado de esta línea de ayudas de saneamiento de las explotaciones afectadas por el fuego bacteriano, los fruticultores debían cumplir, entre otros, requisitos como «ser un agricultor activo, estar inscrito en el Registro de Explotaciones Agrarias y haber entregado su producción a un operador frutícola. Además, deberán mantener todas las plantaciones de la explotación cultivadas de manera sostenible, con adecuadas prácticas fitosanitarias y en condiciones de obtener un rendimiento óptimo de cultivo», apuntan desde la Consejería de Agricultura.
En cuanto a las parcelas, éstas debían contar «con un número de ejemplares dañados que supere el tres por ciento de los árboles de la parcela de frutales o tenga un mínimo de veinte árboles enfermos, no presente estado de abandono ni incluya otros cultivos asociados y que la infección de la plaga no haya sido causada deliberadamente o por negligencia del beneficiario».
La cuantía máxima de la ayuda es de hasta el 40% de la inversión subvencionable, con un máximo de inversión por árbol cifrado en cinco euros.