Diario de León

TRIBUNALES

La ‘Operación compro-oro’ se funde en negro

«De los delitos que me acusaron, sólo se sostiene la irregularidad administrativa de no tener al día el libro de registro», afirma uno de los encausados

Imagen de un envío remitido a la fundición con certificado de ésta. DL

Imagen de un envío remitido a la fundición con certificado de ésta. DL

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León

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j. c. f. | Ponferrada

Parece sacado de un argumento de película de serie negra. «Más bien de terror», corrige L.M.D., quien no ha podido olvidar «las dos noches y tres días que pasamos arrestados en comisaría» acusados de receptación de mercancía robada, falsificación documental y blanqueo de capital dentro de la ‘Operación compro-oro’ desarrollada el pasado mes en la capital berciana. Una operación ‘espectacular’ por sus números — con cuatro detenidos y una cantidad de oro cercana a los 30 kilos que, supuestamente ,se habría movido de forma fraudulenta en el último año—, pero que, a juicio del abogado defensor de los propietarios de establecimiento de compra de oro ponferradino, se ha basado en «unas conjeturas que se han ido desmontando».

«Ya todo arrancó de una forma, sino rara, sí inusual. Que la persona que ha sufrido un robo vaya a denunciar acompañada de la persona que ha cometido el robo, no es muy habitual», señala el abogado defensor, Luis Ramón, letrado de la consultoría Pacios López.

Una denuncia presentada por una vecina de Molinaseca contra la persona que hacía la limpieza en su hogar, y que, según su propia confesión, se extralimitó en esas ‘tareas de limpieza.’ Una denuncia en la que se ponía en conocimiento de las fuerzas de seguridad la sustracción de un Cristo de Salvador Dalí — «firmado por el artista de edición limitada», según recoge el atestado— y un cordón de oro muy grueso con un colgante en forma de cruz, y que la detenida, aseguró haber vendido en el establecimiento de compro-oro ponferradino.

«Esa persona detenida, M.I.A.P., señaló que vendió lo robado en este local, y, es cierto que de ella se tiene constancia, pues acudió a vender una joya. Como en todos los casos, tuvo que dejar copia de su DNI y fotografía de la joya, que, por cierto, sigue estando inmovilizada en el local a la espera de ver cómo concluye esto. Pero de las joyas presuntamente aquí vendidas no hay una constancia cierta. Es correcto que mi cliente no realizaba todos los asientos en el libro de registro, pero no es un libro de contabilidad, ni había contabilidad paralela ni nada por el estilo. Sólo sería, en el peor de los casos una irregularidad administrativa, nada que ver con los delitos de los que se le acusó», señala el letrado. Una «irregularidad administrativa», que habría sido el desencadenante del resto de la ‘operación’. «De hecho, en la relación de los objetos intervenidos por la Policía, ésta, en la parte de la diligencia en la que se describen los objetos de plata, recoge que se hace una descripción somera de los objetos por su escaso valor. Acusan a mi defendido de no realizar un asiento detallado en el libro de registro y ellos mismos, no lo detallan, objeto por objeto, en la relación que se adjunta al expediente,...», se apunta desde la defensa.

«Aunque no estén recogidas todas las compras en el libro, sí están documentadas todas las que se realizan con el DNI del vendedor, y además, todas transacciones quedan registradas en una cámara interna conectada a un PC en la que se recogen todas las compras —la cámara por ley no puede grabar imágenes del vendedor, solo de la mercancía—. Y en esas imágenes, que se facilitaron a la Policía no aparece por ningún lado el citado Cristo de Dalí, mientras que del cordón de marras, uno de tantos que hay en circulación, la denunciante cree reconocer la pieza. Pero ni eso puede afirmar con rotundidad», señala el abogado defensor, para quien quedaría desmontada la acusación de ‘receptación de mercancía robada’.

Además de las imágenes que se toman en estos centros de compra de oro, también la fundición a la que se remiten envíos cada 20 días tiene que tomar imágenes de todas las joyas que reciben. «Se le pidieron imágenes, las enviaron y allí tampoco figura el artículo en cuestión por ningún lado».

En un mercado tan fluctuante como es el de los metales preciosos es difícil establecer un precio fijo por el oro y la plata. En la actualidad el gramo de oro –en piezas de 18 kilates— se sitúa en torno a los 20 euros, mientras que por un gramo de plata se suele pagar 20 céntimos. Unas cifras que llevaron al establecimiento ponferradino a realizar transacciones por valor de 826.000 euros en 2016. Y es ahí donde arranca la segunda acusación: blanqueo de capitales. «El hecho de que en el libro de registro figure una cantidad de oro distinta a la remitida a la fundición no presupone tal delito», señala Ramón, quien echa mano de los resguardos de las declaraciones realizadas a Hacienda en 2016por ese importe.

«Desde primeros de mes hasta el lunes 20 que nos detienen, estuvimos colaborando en todo momento con la Policía. Y de hecho la detención se precipita porque pedimos autorización a la misma Policía para enviar una remesa para fundir. Nosotros necesitamos dinero en efectivo para hacer las compras y necesitábamos vender ese oro que teníamos parado en la tienda para comprar más. Nos lo autorizan explicando que podemos liberar todas la joyas que cumplan con el plazo de 20 días de depósito que marca la ley. Así lo hacemos y cuando viene el del servicio de transporte nos retienen el envío y nos detienen a nosotros. Un envío en el que se ha demostrado que todo estaba legal, con un valor de 10.000 euros y que está en el juzgado», señala el propietario del establecimiento, quien confía en que llegue pronto el ‘fundido en negro’ y el ‘The end’ «de esta ‘película’ en la que nos han convertidoen protagonistas involuntarios».

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