Tres Valles perimetra la avispilla y fija en Lindoso el núcleo más grande
Hay presencia confirmada en castaños bravos de Lindoso, Herrerías, San Julián y Villasinde
maría carro | ponferrada
A la espera de una reunión que la Mesa del Castaño del Bierzo ha fijado para el próximo martes, los castañicultores de la Asociación de los Tres Valles (Valcarce, Balboa y Barjas), con el respaldo de un agente forestal, han comenzado a perimetrar la afección de la avispilla y han localizado en un soto semi abandonado de Lindoso (Vega de Valcarce) el núcleo más importante de agallas de este insecto, que constituye la principal amenaza para los castaños y que fue avistada en el Bierzo, por vez primera, el pasado fin de semana.
El presidente de esta asociación que reúne a sesenta castañicultores del Bierzo Oeste, José Luis García Peña, explicó ayer que las agallas de la avispilla se han localizado en castaños bravos, de dimensiones más reducidas y en los que las hojas salen antes. En Lindoso se ha visto el mayor número de abultamientos en las hojas, pero también hay agallas en Herrerías, San Julián y Villasinde, todos en Vega de Valcarce. De momento —dijo García Peña— no se ha detectado presencia en municipios limítrofes y no todos los sotos de los pueblos afectados están infestados, por lo que se mantienen a la expectativa sin querer caer en el pesimismo.
«Nosotros, como asociación, creemos que lo hemos hecho de libro y ahora vamos a tratar de delimitar el espacio, fijando además un perímetro más amplio de seguridad para salvarnos las espaldas», aseguró el presidente de Tres Valles, reconociendo que hecho ésto, ahora dependen de «los conocimientos de los expertos y de la Junta de Castilla y León». «Estamos en sus manos», dijo, recordando que «la apuesta tiene que ser clara y el único medio efectivo es la suelta de Torymus sinensis».
Lo más positivo que podría pasar —aseguró el presidente de Tres Valles— es que el insecto que se utiliza en la lucha biológica contra la avispilla y que ya ha sido soltado en Galicia llegase de manera natural al Bierzo, cercando a la plaga ya desde su origen. «Eso sería lo deseable, que se desplazara hacia aquí de forma natural, pero no sé hasta qué grado es posible, por eso hay que hacer las sueltas cuando antes», consideró García Peña.
El trabajo que los castañicultores del Bierzo Oeste tienen por delante es arduo, pues prácticamente han de ir mirando rama por rama en cada soto, pero «estamos dispuestos a todo», aseguró la voz de Los Tres Valles, en una zona en la que la castañicultura se ha visto muy beneficiada por la asociación de productores. «Este es el año en el que empezábamos a volar, con una apuesta decidida, habíamos vendido bien y se está incorporando gente joven», aseguró García Peña, considerando, no obstante, que dado el estado de evolución en el que se encuentra la avispilla, «creemos que este año todavía no vamos a notar una merma en la producción y, quizás, el año que viene, cuando ya empezaría a notarse el efecto, se hayan podido encontrar soluciones», apuntó.
60.000 kilos de castañas
La Asociación de Castañicultores Los Tres Valles del Bierzo Oeste comercializó en la última campaña 60.000 kilos de castañas, el doble que en 2015, cuando el colectivo se constituyó como tal. La previsión para este año y dado que el último año los asociados no han vendido todo el fruto a través de la asociación, es la de aumentar la comercialización hasta alcanzar los cien mil o los 120.000 kilos de producto.
Una actividad que va en aumento y que se basa en la calidad de la castaña ecológica hacia la que camina la asociación. No en vano, ya se ha iniciado el proceso de certificación y ello demuestra —dijo el presidente— el «índice de implicación» de los productores.