Diario de León

LA POLÉMICA DE LOS HORARIOS COMERCIALES

El pequeño comercio dice no a la libertad horaria en Ponferrada

Aguarda concreciones pero asegura que la Zona de Gran Afluencia Turística no es la solución

ana f. barredo

ana f. barredo

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León

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maría carro | ponferrada

En la búsqueda de alternativas para tratar de revitalizar el sector comercial en la zona centro de Ponferrada; la alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, ha solicitado a la Junta de Castilla y León la declaración de ‘Zona de gran afluencia turística’. Un reconocimiento que, fundamentalmente, lleva consigo la liberalización de los horarios comerciales en determinadas épocas del año y que no ha sido bien recibido por el pequeño comercio. Los comerciantes cubren a duras penas la jornada ordinaria actual y entienden que incrementar el horario de apertura al público lejos de resolver el problema latente, lo empeoraría. Más gastos y la necesidad de contratar a personal para poder hacer frente a las horas de incremento son las razones principales.

De momento, el «no» parece generalizado, aunque el sector aguarda todavía concreciones sobre el plan de comercio ideado por el equipo de gobierno local. Eso sí, si las subvenciones a las que la alcaldesa asegura que podrán optar de ser ‘Zona de gran afluencia turística’ están dirigidas únicamente a la formación en venta o acciones de este tipo, los comerciantes las rechazan de plano. Ayudas a la contratación de personal o al pago de los alquileres sí serían efectivas, aunque todo pasa por un aumento del número de clientes. Y es que ahí está el fallo principal, en que el centro está cada vez más vacío. «Si no hay clientes, da igual abrir hasta las 20.30 que hasta las 22.00 o hasta las 24.00 horas», aseguró uno de los comerciantes consultados por este periódico.

Quizás cuando Ponferrada bullía gracias a la minería y al sector de la construcción, quizás entonces sí hubiese tenido sentido una política de horarios comerciales más amplia. En los años en los que «lo que ahora se hace en Nochebuena se hacía un sábado normal» —aseguró otra de las comerciantes— podría haber servido abrir hasta tarde; pero ahora que hasta los comercios que abren al mediodía lo tienen difícil en esa franja horaria, parece impensable mantener las puertas abiertas doce o más horas, con los gastos a mayores que ello supone.

«Yo creo que abrir más horas no influye en que la gente venga más», aseguró el propietario de una boutique del centro de la ciudad. Lo mismo que piensa el gerente de una tienda de ropa infantil. «No va a solucionar nada y menos en esta zona. Lo único que va a hacer es agravar todavía más los problemas que tenemos. Más horas de trabajo no nos van a dar más clientes, sino que nos van a dar más gastos. Somos pequeños comercios con personal muy cortito e, incluso, personas que están trabajando solas como autónomos», adujo.

Las soluciones o, al menos, la forma de intentar revitalizar el centro pasan —según los profesionales del sector— por otro tipo de medidas, fundamentalmente para hacer la zona atractiva para el cliente, que es el que va a gastar su dinero. Aumentar la intensidad lumínica de las calles céntricas durante los meses de menos luz para poner fin a la «penumbra» y acciones tan sencillas como instalar toldos o paraguas en verano sobre las calles «para que la gente pasee más cómoda» podrían ser alternativas que, además, mejoran la estética. Como mantener más limpias las calles, que fue una de las quejas más comentadas por los comerciantes en el entorno de la calle Doctor Fleming. «Nosotros mismos tenemos que encargarnos a diario de mantener limpia la calle», afirmaron.

Ausencia de comunicación

Por lo tanto, parece que la acción emprendida por la alcaldesa y puesta ya sobre la mesa de la Junta de Castilla y León no es vista con buenos ojos por parte de un sector que, de todos modos, asegura desconocer los detalles de tal propuesta pese a que el representante de la asociación Templarium, Felipe Álvarez, forma parte de una mesa de trabajo que se reunió hace tan sólo unas semanas y en la que en ningún momento se abordó este asunto.

«Nosotros tenemos ya libertad de horarios. Nosotros somos tiendas con menos de 200 metros de superficie de venta, no pertenecemos ni a franquicia ni a cadena de distribución y tenemos esa libertad», explicó Álvarez a modo de ejemplo de lo que podría hacerse y no se hace.

El presidente de Templarium asegura que la medida sólo serviría para «abrir el abanico a grandes superficies y a las grandes marcas» y ahogaría aún más al pequeño y mediano comercio por falta de competitividad. «Nosotros no podemos abrir doce horas. Si a mí me garantizan que yo tengo abierto doce horas diarias y voy a tener gente, perfecto; pero aquí el comercio ya abre de lunes a sábado por la tarde, incluso algunas tiendas al mediodía, y la realidad es la que es», añadió.

Dice el portavoz de los comerciantes de Ponferrada que la reciente Noche Blanca demuestra que hay clientes si se les ofrece alternativas para apostar por el centro de la ciudad y no el centro comercial. «La ciudad estaba llena», celebró, considerando que eso debe marcar la ruta de las actuaciones y volviendo a poner sobre la mesa la posibilidad de incluir en los presupuestos una partida económica completa para dar actividad y vida a las calles del centro. No sería descabellado —dijo también el presidente de Templarium— que la propia administración reclamará la colaboración de todos los negocios de la zona, mediante una aportación que, dado el número de establecimientos, no iba a ser muy elevada y que permitiría desarrollar un plan de dinamización con garantías.

Oportunismo comercial

Precisamente en este punto, el debate se bifurca en otra dirección, al margen de las acciones y consideraciones de la administración local, y apunta directamente a todos esos propietarios de negocios no adscritos a Templarium y que tampoco desarrollan acción alguna por su parte.

No es la primera vez que Felipe Álvarez abre la puerta de la asociación al sector hostelero, pero este se mantiene al margen. Eso sí —criticó el presidente de Templarium— aprovechan acciones como la Noche Blanca para llenar sus terrazas sin haber colaborado previamente en la organización. Y no lo hacen sólo ellos, sino otros comercios que, sin formar parte del colectivo, abrieron igualmente sus puertas aprovechando las sinergias. «Abrieron más de 30 establecimientos que no están adscritos», dijo Álvarez, asegurando que «si todos pusiéramos una ‘miguita’, que son los quince euros que cada socio aportamos al mes a Templarium, podríamos hacer muchas más cosas, defendió este comerciante.

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