Diario de León

Atribuyen al pastoreo el incendio que ha quemado 70 hectáreas en Mosteiros

El alcalde de Barjas apunta a intereses ganaderos en una zona que arde «cada dos años».

Los helicópteros dejaron a sus cuadrillas en una ladera sin llegar a aterrizar del todo. @BRIFTABUYO

Los helicópteros dejaron a sus cuadrillas en una ladera sin llegar a aterrizar del todo. @BRIFTABUYO

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León

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C. FIDALGO | PONFERRADA

«Cada dos años prenden fuego», decía ayer el alcalde de Barjas, Alfredo de Arriba, para atribuir al pastoreo el origen del incendio intencionado que a la espera de que la Junta de Castilla y León ofrezca una perimetración oficial, habría calcinado en torno a 70 hectárea de monte en el entorno de la localidad de Mosteiros, según las estimaciones del propio regidor.

De Arriba insistió en que las llamas se han propagado en el mismo paraje, por encima del pueblo, que ardió en marzo pasado y que hace cinco años resultó calcinado en el mayor incendio de aquel verano. De ahí que no tenga dudas. «Hay rebaños de cabras y ovejas que se alimentan de los brotes del brezo», aseguró, apuntando a un motivo similar al del incendio del pasado mes de abril en la Tebaida Berciana, en fase de investigación judicial.

El fuego de Mosteiros estaba ayer apagado, confirmó De Arriba, después de que durante la tarde anterior, lo escarpado del terreno obligara a la Junta a movilizar medios aéreos para su extinción y solicitar la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación. Dos aviones de carga en tierra procedentes del aeródromo de Rosinos en Zamora y enviados por el Ministerio, y hasta cinco helicópteros, dos de ellos con base estatal de Tabuyo del Monte, y el resto los de al Junta en Cueto, Rabanal y Camposagrado, intervinieron a lo largo de la tarde del lunes para atajar las llamas. Junto a las brigadas helitransportadas, intervinieron dos brigadas de tierra, una máquina bulldozer y dos camiones autobomba, según informa la Junta de Castilla y León.

Sin riesgo para el pueblo

Alfredo de Arriba confirmó que en ningún momento el fuego llegó a amenazar el pueblo. «Faltó poco, pero los aviones lo apagaron», decía a este periódico a través del teléfono una de las escasas vecinas que todavía residen en la zona. El propio alcalde confirmó la complejidad de atajar las llamas únicamente con medios terrestres en una ladera tan escarpada en su tramo superior que hacía difícil incluso el avanzar de pie.

La Junta dio por controlado el fuego al anochecer y el propio De Arriba, se desplazó al área quemada el lunes y ayer por la mañana para comprobar que ya no humeaba. «A las diez de la noche ya no salía humo», relató

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