EL BIERZO ■ SUCESOS
El incendio de una vivienda desata el pánico en Quintana de Fuseros
Todo el pueblo, alertado por las campanas, se volcó en apagar las llamas para evitar una desgracia
m. carro / m. á. cebrones ponferrada
El Bierzo Alto no gana para sobresaltos por culpa del fuego. Si en las útlimas horas un incendio forestal intencionado calcinó una cuadra con 70 ovejas y cuatro perros en su interior en el municipio de Folgoso de la Ribera, el pueblo entero de Quintana de Fuseros (Igüeña) se despertó en plena madrugada de ayer alertado por las campanas de la iglesia, porque las llamas estaban devorando una vivienda deshabitada en pleno centro que ponía en serio peligro a los vecinos de las dos casas colindantes.
De hecho, fue la intervención de todos ellos, encabezados por el presidente de la Junta Vecinal, Ismael Molinero, lo que permitió que el suceso se quedase en un susto y no pasase a ser una gran desgracia. Ellos mismos controlaron las lenguas de fuego hasta la llegada de los bomberos de Ponferrada, algo que resultó crucial, teniendo en cuenta que el reloj marcaba las 4.00 cuando las campanas dieron aviso del incendio y los efectivos de extinción no llegaron al lugar hasta una hora y media después. Tiempo más que suficiente para que el fuego hubiese traspasado los límites de la vivienda afectada y alcanzado las dos de al lado, totalmente restauradas y habitadas.
Pánico puro fue lo que sintieron los vecinos de Quintana al ver las llamaradas y escuchar los estallidos que se producían en el interior de la casa, donde había una bombona de butano que provocaba las pequeñas explosiones. Tal era la voracidad con la que el fuego iba ganando terreno, que fue necesario moviliar la motobomba y lanzar agua a presión para evitar que las llamas se propagasen al resto de las casas. A ello ayudó la experiencia del pedáneo, bombero forestal que justamente cuando se declaró el fuego en su pueblo está interviniendo en un incendio en el monte.
Un futuro quebrado
El incendio intencionado que arrasó una parte del monte entre Rozuelo y Tedejo (Folgoso) a última hora de la tarde del lunes no sólo calcinó una nave ganadera con 67 ovejas y cuatro perros, sino que se llevó por delante el futuro que habían empezado a diseñar su propietario, Ángel Fernández. Hace poco menos de un año que se había hecho con el rebaño para tratar de vivir de la ganadería. Invirtió alrededor de 8.000 euros, «todo lo que tenía» —asegura— y «en poco más de media hora me lo han quitado todo», se lamenta, impotente y rabiado por lo que le han hecho. Con 37 años y tres hijas, éste era su principal medio de vida, compaginado con trabajos temporales en el campo. Ahora se ve obligado a empezar desde cero.