Desalojan varios edificios del centro por un pinchazo en la tubería del gas
La avería, causada por una máquina de obras en Ave María, obligó a cortar el tráfico en hora punta.
Vista de la calle Ave María donde se produjo la avería al pinchar la máquina que se ve al fondo la tubería del gas. L. DE LA MATA
M. Félix | Ponferrada
Fue un despertar atropellado el que vivieron ayer vecinos del centro de Ponferrada, especialmente los residentes del comienzo de la calle Ave María, en donde desde hace semanas las máquinas acometen obras de reforma del vial. A eso de las nueve y media de la mañana, el operario de la máquina picó la tubería general del gas y, como si del zumbido de una olla a presión se tratara, salió disparado el combustible sin control.
A esa misma hora, vecinos de los inmuebles próximos —especialmente jubilados— dormían o se duchaban. Las alarmas por el escape de gas saltaron de inmediato y se activó el protocolo de actuación para estos casos. Los residentes en el edificio del número 1 de la calle fueron desalojados por precaución, pero los de la acera de enfrente y de toda la zona, al ver lo sucedido, también salieron disparados a la calle. Lo mismo sucedía con los comercios próximos. A los pocos minutos llegaron los bomberos y la policía, acordonaron las calles y cortaron el paso del tráfico rodado por la calle Camino de Santiago, desde la zona de la céntrica plaza de Lazúrtegui y también desde la plaza República Argentina.
En la calle había personas mayores en pijama, que salieron con lo puesto ante los avisos de vecinos o familiares, y también ante el imponente ruido que emitía la fuga de gas incontrolado en ese momento.
Más de dos horas estuvieron los efectivos técnicos trabajando para controlarlo todo. En hora punta, el revuelo creado en el centro fue importante. A media mañana, los técnicos habían medido todos los inmuebles del lugar por si hubiera concentraciones de gas. El resultado de las pruebas permitió restablecer la normalidad ya bien entrada la mañana.
«Salimos con lo puesto; la verdad es que pasamos un buen susto», reconocía una de las mujeres de edad avanzada en la calle, vestida con el pijama.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Miranda, decía que, «por suerte, todo quedó en un susto». «Cuando se hacen obras, estas cosas pueden suceder», remarcaba una vez controlada la situación.