Compostilla y La Rosaleda llevan a la calle la lucha contra la central de calor
No se oponen al proyecto de biomasa, pero sí a la ubicación en pleno casco urbano.
Un grupo de vecinos de Compostilla y La Rosaleda, a las puertas de la casa consistorial. DL
m. carro | ponferrada
Vecinos de los barrios de Compostilla y La Rosaleda de Ponferrada escenificaron ayer su oposición al proyecto para la instalación de una central de biomasa en el entorno de parque de bomberos con una protesta frente al edificio consistorial justo antes de la celebración del Pleno. No se oponen al proyecto en sí, pero no quieren la central en pleno casco urbano, al lado de sus casas, por las connotaciones negativas que esta puede tener para la salud. Entiende que el obligación del Ayuntamiento velar por la seguridad y el bienestar de sus vecinos y se muestran convencidos de que con el paso de los días serán más los colectivos vecinales que se sumarán a la lucha contra esta central de calor.
Ya han iniciado también la vía judicial y aseguran que tienen opciones de conseguir, al menos, un cambio en la ubicación, teniendo en cuenta que el terreno que se ha elegido, en la calle Monte Medulio, «es un terreno urbano calificado para equipamientos y una central de estas características no lo es», aseguró la presidenta de la Asociación de Vecinos de Compostilla, Pilar Martín Coruña.
Las dos asociaciones vecinales que encabezan la protesta tienen claro que el beneficio para los ponferradinos será nulo y defienden que el único que sacará rendimiento será Somacyl. «El único que se beneficia es Somacyl, que va a ganar más de cuatro millones de euros», dijo Coruña, que emplazó al concejal de Medio Ambiente, Roberto Mendo, a que se lleve la central de biomasa a las puertas de su casa. «El humo no sólo irá para Compostilla y La Rosaleda, también va a afectar a La Puebla y al barrio de los Judios, nos va a afectar a todos», dijo la portavoz de los vecinos de Compostilla.
Por su parte, el presidente de la asociación de La Rosaleda, Pedro Villanueva, cuestionó que el ahorro energético vaya a ser de un diez o un quince por ciento como ha defendido el Ayuntamiento. El motivo, que los edificios son antiguos y, como tal, no retienen el calor de manera óptima.
Además de las protestas a pie de calle y la apertura de la vía judicial, las dos asociaciones buscarán el apoyo de partidos políticos y de más colectivos vecinales, empezando por la asociación Los Olivares del barrio de los Judíos y la de La Placa.