SUCESOS ■ VILLAFRANCA DEL BIERZO
El acusado tacha de «montaje» el caso del explosivo en un albergue
La Fiscalía mantuvo ayer en el juicio la petición de seis años de cárcel.
dl | Ponferrada
El peregrino acusado de lanzar un artefacto explosivo a un albergue de la localidad de Villafranca del Bierzo, del que había sido expulsado por mala conducta, ha negado hoy los hechos durante el juicio y ha afirmado que «es todo un montaje». La Fiscalía ha mantenido su petición de pena de seis años de prisión por un delito de tenencia de explosivos y de seis meses por desórdenes públicos, mientras que la defensa ha solicitado la libre absolución del acusado.
Según el escrito de las calificaciones, el acusado, que cuenta con antecedentes por un delito de atentado, mantuvo enfrentamientos en febrero de 2016 con los responsables del albergue Ave Fénix, situado en la localidad de Villafranca del Bierzo y de titularidad privada, donde permaneció alojado durante varios días hasta que fue expulsado.
Los hechos que se han juzgado esta mañana en la Audiencia provincial de León tuvieron lugar sobre las 22:00 horas del 15 de febrero del 2016. Según la fiscalía, el acusado lanzó al patio del albergue desde el exterior una botella de plástico que contenía una mezcla de ácido clorhídrico (salfumán) y papel de aluminio, conocido como ‘cóctel Macgyver’. En esos momentos en el albergue se encontraban más de 20 peregrinos, incluida una mujer de nacionalidad francesa que estaba en el patio, aunque ninguno de ellos sufrió daños «pese a la peligrosidad» del artefacto, según han explicado varios peritos que han declarado en el juicio. El artefacto produjo una explosión y posterior humareda por la inflamación del hidrógeno generado, lo que ocasionó un gran desconcierto entre las personas que se encontraban en el interior del inmueble.
La abogada de la defensa ha pedido esta mañana la nulidad de la actuaciones tras denunciar que su representante no ha tenido asistencia letrada en la tramitación de la causa, lo que suponen una «vulneración del derecho de defensa».
La defensa también ha aportado un documento, que ha siso aceptado por el tribunal, que certifica que el acusado sufre una minusvalía psíquica. Además, ha precisado que el salfumán y el papel de aluminio no están entre las sustancias consideraras explosivos por la legislación, por lo que no cabe la acusación de delito de tenencia de explosivos. También ha precisado que el delito de desórdenes públicos debe cometerse en un recinto público y ser de carácter grave, lo que no se da en este caso, ya que el albergue era de titularidad privada, y ha remarcado que las pruebas que apuntan a su patrocinado como autor de los hechos de los que se le acusa «son meros indicios».
La Fiscalía se ha basado para mantener la petición de pena en los testimonios de una trabajadora del supermercado de la localidad, que sostuvo que el acusado compró salfumán el día de los hechos, así como el de un voluntario que prestaba servicio en el albergue que lo vio merodear por las inmediaciones con una bolsa poco antes de la explosión y huir a la carrera. El acusado, que se encontraba visiblemente nervioso y ha sido conminado en varias ocasiones por el presidentes del tribunal a que mantuviera la compostura, se ha negado a declarar inicialmente alegando que no estaba dispuesto a contestar «a tonterías». No obstante, ha hecho uso de su derecho a la última palabra para afirmar que todo era un «montaje» urdido en su contra.