Prada: «Han puesto a todos de acuerdo en que no quieren buses»
«Dije que el Plan Itermédulas iba a ser un fracaso y un desastre y así ha sido», aseguraba ayer el alcalde de Borrenes, Eduardo Prada, tras conocer que la Fundación Las Médulas suspendía el servicio de autobuses. Prada se mostró sorprendido por las razones esgrimidas por la Fundación para justificar la renuncia al plan de movilidad —agresiones a trabajadores y vecinos y los sabotajes al servicio— y entiende que el verdadero motivo es la oposición a la limitación del acceso y al cobro de cinco euros a todos los turistas que accedían a Las Médulas, usaran los autobuses o su propio vehículo.
«No tengo conocimiento de agresiones, si las ha habido eso se denuncia y se toman medias, pero no creo que esa sea la razón», afirmaba Prada, que reconoció que la actuación de la Fundación, entidad que Borrenes abandonó el año pasado, «ha puesto a todos de acuerdo en que no quieren los autobuses». «Todo el mundo está cabreado», aseguró.
Prada, que anoche participaba en una reunión a la que se había convocado a los otros dos alcaldes del paraje, Carucedo y Puente Domingo Flórez, y a los pedáneos del paraje, insistió en que «toda la hostelería de Borrenes, Orellán y Carucedo está en contra porque el plan les ha causado graves prejuicios en Semana Santa». Aunque el mal tiempo ha influido, Prada estima que los hosteleros han recibido este año «entre un 30 y un 40 por ciento menos de clientes», porque se encontraban con «un peaje» para acceder a los restaurantes. «Algunos tenían que rebuscar la reserva en el móvil para demostrar que iban a comer. Y no se les dejaba ir en su coche a comer», se quejó.
Prada volvió a insistir en que la solución para los colapsos de automóviles que sufre el paraje en los días de mayor afluencia — «que son cuatro al año»— pasar por cumplir el Plan Director y crear más aparcamientos disuasorios» o «limitar el aforo» en momentos puntuales y establecer «aparcamientos regulados». El regidor aseguró que «no se puede concentrar los aparcamientos en un solo punto» y la afluencia masiva «dos días al año no es un argumento suficiente para poner autobuses todo el año y establecer fronteras y peajes para pasar».
Aunque la nota de la Fundación justificó la suspensión de los autobuses en el boicot y las agresiones hacia los empleados de opositores que se atribuían la representación de todos los vecinos, el alcalde de Carucedo, Alfonso Fernández aseguró en Onda Bierzo que las quejas por el servicio de transporte «viene de todos los lados, con denuncias ante la Guardia Civil por las dos partes» y «se entiende que no funcionaba bien». Fernández no ocultaba su incertidumbre porque ahora deben ser los ayuntamientos y pedanías los que busquen una solución a los colapsos de tráfico en los días de mayor afluencia.