BIERZO ■ TURISMO
«En Las Médulas se ha puesto en peligro la vida de gente»
El director de Patrimonio revela el miedo de la plantilla del plan de movilidad después de que un empleado sufriera un atropello leve Denuncian ante la Guardia Civil el hostigamiento
Coches que amagan con atropellar a los empleados del plan de movilidad acelerando a su paso, hasta que a un conductor se le va el volante y pega tanto el vehículo que pasa con las ruedas por encima del pie de un trabajador. Insultos y escupitajos desde los automóviles. Gente que se hace pasar por personal del programa Itermédulas para confudir a los turistas con información falsa. Gente que reparte «cientos» de tarjetas de restaurantes para que los visitantes pasen sin pagar aduciendo que tienen una reserva para comer. Señales robadas o arrojadas al río. Miedo a las represalias, porque muchos de los 35 trabajadores del servicio, incluida la víctima del atropello, son vecinos de la zona.
Estos son los «sabotajes, agresiones y el hostigamiento» a los que se ha referido la Fundación Las Médulas para justificar la suspensión indefinida del servicio de transporte colectivo en el paraje declarado Patrimonio de la Humanidad. Una presión «inaceptable» que ya ha sido denunciada ante la Guardia Civil y que en palabras del director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, «ha puesto en peligro la vida de gente en Las Médulas», personal del plan de movilidad que sólo acudía a trabajar.
Saiz insistió en declaraciones a este periódico en que cuando hay riesgo para la integridad física de los trabajadores del plan y de los empleados de la Fundación Las Médulas es hora de dar un paso atrás. Al fin y al cabo, argumenta, «la Fundación no se creó para poner en marcha un plan de movilidad ni para dirigir el tráfico y no podemos obligar a nadie a soportar un clima de hostigamiento y de violencia física». Saiz reiteró que el plan de movilidad, «un proyecto que siempre es mejorable y susceptible de cambios», ha sido boicoteado. «Se produjo un atropello, hubo insultos y escupitajos a los trabajadores desde coches que pasaban por la domus de Carucedo, gente que se ponía un chaleco como el de los empleados del plan y desinformaba a los turistas», se quejó. Saiz también lamentó que se tratara de cerrar la carretera del mirador de Orellán a los microbuses, aunque fuera de titularidad local, «como si fuese una finca privada». Obligar «a subir y bajar a pie» al mirador de Orellán lo considera Saiz otro «acto de sabotaje», como arrancar la señalización de los autobuses.
Sobre el malestar porque se obligaba a pagar a quienes accedían al paraje en vehículo privado mientras los aparcamientos no estuvieran llenos, Saiz entiende que el plan «tiene fallos y se podía mejorar», pero «no se puede echarle la culpa de que fuera menos gente a Las Médulas en Semana Santa porque ha llovido y ha habido menos turistas en todas partes». Y los fallos del programa no justifican «el grave hostigamiento» que habrían sufrido los trabajadores. Muchos de ellos son vecinos de los pueblos que «no quieren darse a conocer porque tienen miedo a las represalias».
Carucedo: «Había que quitarlo»
Los alcaldes de Borrenes, Eduardo Prada, y Carucedo, Alfonso Fernández, confirmaron que un vecino de Carucedo, trabajador del plan, sufrió el Sábado Santo el atropello del que habla Saiz. «Hemos dado muy mala imagen», lamentó Fernández, que calificó de «guerra» lo ocurrido. No dejó, sin embargo, de considerar una buena noticia la suspensión del plan. «Había que quitarlo. No se puede cobrar a la gente sólo por pasar con el coche». Y Prada, por su parte, aseguró que «el atropello es denunciable», pero las explicaciones de Saiz sobre el clima de violencia son «una excusa para justifica el fracaso del plan».