Diario de León

ABEL YEBRA FABA PSICÓLOGO Y ESCRITOR

«Mi padre habló de 500 muertos en la guerra de África»

Abel Yebra Faba, nacido en Valtuille, ayer con su libro. L. DE LA MATA

Abel Yebra Faba, nacido en Valtuille, ayer con su libro. L. DE LA MATA

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MANUEL FÉLIX | PONFERRADA

Abel Yebra Faba es de Valtuille de Abajo. Es psicólogo y trabajó como formador de ejecutivos de grandes empresas, como Dragados y Construcciones. Su experiencia en el campo de la formación laboral le permitió igualmente ser contratado por la Complutense de Madrid. Ayer presentaba libro en Ponferrada —Manuel, un berciano en la guerra de África — de la mano del Instituto de Estudios Bercianos (IEB) y hablaba para este periódico de este texto, inspirado en la vida de su padre, el relato de un campesino del bajo Bierzo en la España de la primera mitad del siglo XX.

—¿Cómo surgió este libro?

—Mi padre dejó un diario escrito que guardo como un tesoro y basado en él hice este libro. Se centra en el entorno de la Guerra de África. Estamos hablando del año 1919 y 1920. Estuvo luchando básicamente contra el Raisuni, robando armamento y luchando contra los invasores españoles que defendían su tierra.

— ¿Qué hacía un berciano allí?

—Lo que le obligaban hacer. Era un soldado, que por quintas tuvo que ir allí y allí coincidió con otros, como un amigo de Sotoparada. Tuvo la suerte de que como era buen carpintero lo fichaban sus jefes para hacer trabajos. No asistió al frente propiamente dicho.

— ¿Dónde estaba él?

—En Tetuán, que era el centro de la guerra en esa época, en servicios de avituallamiento, y tenían que hacer viajes muy comprometidos, expuestos a los tiros de los moros en cualquier recoveco. Se jugó la vida varias veces.

— ¿Y porqué este libro ahora?

—Es una especie de deuda que yo tengo con mis padres, con mi pueblo y el Bierzo. Es una especie de compromiso por mi parte.

—¿Qué cuenta su padre en ese diario de bolsillo?

—Él cuenta sus cosas. A veces coincide con los datos oficiales y otras no. Tiene detalles muy interesantes.

—¿Qué ha sido lo que más le ha sorprendido?

—Lo que más me sorprendió fue el detalle de cómo cuenta algunas batallas, de las que dice, pues hoy hemos tenido quinientos muertos. En ninguna referencia oficial se encuentra este detalle. Son detalles muy interesantes y muy concretos.

— ¿Muertos de España o del enemigo en esta guerra?

—No, no. Muertos propios, ya fueran soldados moros, que también estaban en el Ejército español.

— ¿Alude su padre en ese diario al dolor, flaqueza, a lo mal que lo están pasando, la muerte, la guerra; hace alguna reflexión interesante?

—Sí. Cuenta que al hacer estos servicios veían a los ejércitos de España avanzar por los montes. Incluso distribuye cómo iban ordenados y dice, en ocasiones ‘daba gusto verlos, pero no estar con ellos’. Eran detalles muy concretos.

—Eran unos tiempos convulsos ...

—Muy convulsos, tanto por la guerra de África, que por la situación de España había perdido las colonias. Había perdido Filipinas, Cuba, ya desde el 98.

—Han pasado los años, ¿Hemos aprendido algo?

—Yo creo que no, o más bien poco. Yo creo que la historia del hombre es una historia de guerras y ahí continuamos todavía.

—¿Estamos pisando terreno de precipicio ahora mismo?

—Creo que no. Estamos un poco más cultivados, pero rodeados de situaciones difíciles y ahí seguimos moviéndonos, No en guerras, porque es más difícil a tiros, pero sí de otro modo. por la dificultad de asumir distintos modos de pensar.

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