Ponferrada acoge la mayor protesta de la provincia contra La Manada

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Ponferrada acogió ayer una de las mayores protestas convocadas por el Sindicato de Estudiantes contra la sentencia de ‘La Manada’ en la Comunidad. Los estudiantes se concentraron a mediodía en la plaza del Ayuntamiento de la capital del Bierzo.

Allí, reclamaron «leyes más justas y más feministas» para evitar que sigan ocurriendo casos como el de Pamplona. «Queremos mostrar nuestro rechazo a la sentencia. Consideramos que la educación debe ser feminista y que los estudiantes tenemos una parte importante en hacer ver que rechazamos el Código Penal actual», explicó la portavoz del sindicato, Diana Iglesias, informa Efe.

Añadió que las agresiones a mujeres «se dan más de lo que trascienden», y alertó contra quienes «normalizan situaciones machistas en las relaciones».

«Cuando tratamos de decir algo nos miran raro, somos como las apestadas, pero nos da igual, seguiremos luchando», proclamó la dirigente sindical.

Un total de 3.142 alumnos de Castilla y León secundó la huelga convocada para ayer por el Sindicato de Estudiantes contra la sentencia de ‘La Manada’, después de comunicar a los directores de sus respectivos centros escolares, siempre a partir de 31 de la ESO, la ausencia por este motivo, respaldados por el derecho de reunión, según informó la Consejería de Educación.

Además, otros 3.607 estudiantes se ausentaron de sus aulas sin comunicar por adelantado su decisión, por lo que podrían haber acudido también a su derecho a huelga. Del primero de los colectivos, aquel que sí informó, la mayor parte cursa estudios de 3º y 4º de la ESO (1.600 jóvenes), seguidos de otros 1.091 de Bachillerato y 451 de ciclos formativos que también respaldaron el paro.

Por provincias, con menos seguimiento fue León, con 161 escolares (el 0,65 por ciento), ya que ni en Burgos ni en Palencia se contabilizaron jóvenes que acudieran a la huelga tras avisar. Soria fue la que tuvo mayor seguimiento.

Miles de estudiantes, la mayoría mujeres, se movilizaron también en diferentes ciudades españolas, bajo el lema «No es abuso, es violación», para mostrar su rechazo a la sentencia «machista» y «patriarcal» y exigir leyes «más justas».