La necropsia de los animales hallados en Ancares apunta a envenenamiento
La Junta confirma que el lobo y la zorra de Tejeira murieron por «intoxicación aguda».
c. fidalgo | PONFERRADA
El resultado de la necropsia efectuada a los cuerpos de un lobo y de una zorra descubiertos en el intervalo de un me en las cercanías de la pedanía de Tejeira (Villafranca del Bierzo) apunta al envenenamiento. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León después de que los análisis de los dos animales efectuados en centros de recuperación de la fauna de la administración autonómica en Burgos (la zorra) y Valladolid (el lobo) haya coincidido en el mismo dictamen; muerte por «presunta intoxicación aguda».
Determinar la sustancia que los mató —el pedáneo de Tejeira, que descubrió los dos cuerpos, teme que alguien pueda estar dejando carne envenenada en el monte para acabar con la fauna— requiere ahora un análisis toxicológico que se llevará a cabo «fuera de la comunidad» y que llevará de dos a tres semanas, según las mismas fuentes.
Fue Luis Manuel Prieto Gaztelumendi, presidente de la Junta Vecinal de Tejeira y concejal socialista en el Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo, el que descubrió los cuerpos de los dos animales. El primero, una zorra que se arrastró hasta una fuente próxima a su vivienda, donde cayó muerta. Y en torno a un mes después un lobo joven, avistado con cierta frecuencia por los vecinos del pueblo, que también murió cuando trataba de alcanzar un arroyo. Gaztelumendi sospecha desde el primer momento del envenenamiento porque ninguno de los dos cuerpos tenía señales de disparos o golpes y un animal intoxicado suele buscar agua para beber cuando comienza a sentirse mal.
Reserva de Caza de Ancares
En las dos ocasiones, el pedáneo de la localidad ubicada en la Reserva de Caza de Los Ancares, avisó a los agentes medioambientales de la Junta para que se hicieran cargo de los cuerpos. Ambos animales entraron en la cadena de custodia y fueron trasladados a dependencias de la Junta para que se les practicara una necropsia.
Aunque los ataques del lobo al ganado son cada vez más frecuentes en el Bierzo y Laciana, Gaztelumendi teme que la aparición de los dos animales muertos pueda deberse a «un loco» que iría dejando veneno por el monte.