Las feministas, en clases de defensa

M. Félix | Ponferrada

No lo plantean como un feminismo recalcitrante, de confrontación, trinchera y excluyente. Lo hacen por pura necesidad ante las circunstancias que rodean a la mujer en su día a día. El colectivo feminista 8M Bierzo y Laciana arrancaba ayer las clases de defensa personal dirigidas a mujeres que —en más de una ocasión— se han visto desprotegidas y temerosas de ser agredidas por un hombre, en la calle o en cualquier recinto. Son, según especifican, para «aprender a sentirse más seguras».

Las clases, que en estos comienzos de conocimientos básicos de defensa personal son gratuitas gracias a la colaboración de Bierzo Fitness Mamba Gim, están muy concurridas. Tanto que incluso ha sorprendido gratamente a organizadores y colaboradores. Un total de 71 mujeres asistían en Ponferrada a esta primera lección práctica del gimnasio situado en la zona de la Gran Manzana.

Loli González es la secretaria del colectivo 8M Bierzo y Laciana. Explica que las prácticas de defensa van dirigidas «a los hombres agresores», y que vienen bien, porque también puede pasar con alguna mujer. «Pero, —enfatiza— por desgracia, todavía hay hombres que son incapaces de saber que una mujer es un ser humano, una persona, y que no hay porqué hacerle daño gratuitamente; y, aunque hay que dejar claro que la mayor parte de los hombres son gente maravillosa, los hay que no lo son. Así, si aprendes a defenderte o saber escapar si alguien te agrede, por lo menos puedes salir airosa, porque biológicamente el hombre es más fuerte que la mujer, ya que, por mucho que aprendas, igual no eres capaz de tumbarlo, pero sí defenderte y salir corriendo».

Cuentan las mujeres consultadas para este reportaje que, este tipo de clases son necesarias, dado que —destacan— que sí se sienten inseguras en la calle ante ciertas circunstancias en lugares y horas. «La mujer, sobretodo en horas avanzadas, en una calle oscura, siente temor; lo primero es como si tuvieras ojos en la espalda. Si oyes un paso, ya te pones nerviosa y vas pensando si te viene algún individuo que te haga algo; y te empiezas a poner nerviosa, caminas deprisa, vas mirando sin que se note mucho que vas mirando para atrás; y a lo mejor no hay nadie», explican.

Y eso sucede, porque según todas las mujeres consultadas, han tenido «problemas» y casos en los que se han visto o sentido violentadas en sus movimientos o intimidad. «Incluso en casa, ya no sólo en la calle; porque hay ocasiones en las que nos tenemos que defender de la persona con la que vives, que es penoso tener que decirlo, pero es verdad», enfatiza una de ellas.

Preguntadas si hacen este curso de defensa personal por necesidad, la respuesta es clara: «Por necesidad es relativo; hacemos este curso porque queremos estar preparadas para lo que pueda venir, para caminar o estar en los sitios más tranquilas». Y ponen un ejemplo: «Piensa que si tienes que hablar de geografía, pues te preparas mucho de geografía para poder salir adelante airosamente; pues, con esto es igual. Tienes que estar preparada para saber defenderte y en un caso complicado dar un puñetazo o una patada en algún sitio al agresor; por lo menos para poder salir corriendo».