Ponferrada abre un expediente ante el fracaso del servicio de bicis
La empresa que asumió la gestión hace cuatro años ha solicitado la rescisión del contrato.
Punto de recogida de las bicicletas públicas en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada. L. DE LA MATA
ana gago / m. c. | ponferrada
El servicio público de bicicletas sigue sin cuajar en Ponferrada. Su uso está en declive y la empresa La Bici, que en 2014 asumió la gestión con la idea de revitalizarlo, ha tirado la toalla y, ya el pasado mes de mayo, solicitó al Ayuntamiento la rescisión del contrato. Una decisión que ha llevado al equipo de gobierno a abrir un expediente para estudiar las razones por las que las bicicletas públicas no funcionan pese al cambio que se le dio hace ahora cuatro años, con la renovación de todos los vehículos y la posterior ampliación de los puntos de recogida. Tras un primer análisis de la situación para tratar de determinar las razones del declive del sistema y estudiar la posible devolución de la fianza a la concesionaria, el Ayuntamiento de Ponferrada ha podido constatar la existencia de algunas deficiencias y la falta de piezas en algunas bicicletas.
La escasa promoción por parte de la concesionaria es una de la razones citadas por fuentes de la Concejalía de Movilidad para tratar de explicar el porqué de la parálisis de un servicio que en otras ciudades funciona sin problemas y que, en el caso de Ponferrada, utilizan más los turistas y visitantes que los vecinos. «La empresa, que tiene una concesión de suelo público en la ciudad para ofrecer estas bicicletas no le ha dado suficiente publicidad», afirmaron desde Movilidad. Éste podría ser un motivo, pero el trasfondo es mucho mayor, ya que el servicio de bicicletas de Ponferrada nunca ha obtenido los resultados esperados.
La falta de carriles específicos para los ciclistas podría ser otro de los motivos que están detrás del poco uso, aunque no opinan lo mismo los servicios técnicos de la Concejalía de Movilidad. «La solución no es crear más carriles de bici, sino concienciar a los conductores de que las bicicletas son un vehículo más en la carretera y que deben ser respetadas», explican. En este sentido, limitar la velocidad máxima en ciudad a los 30 kilómetros por hora debería ser obligado —en palabras de las mismas fuentes— ya que sólo así se garantiza la convivencia entre todos los vehículos sin riesgos ni peligros. Esta medida ya se ha puesto en práctica, por ejemplo, en la avenida Valdés.
Lo cierto es que los once kilómetros de carril bici que había en la ciudad han sido sustituidos y las únicas zonas donde todavía sobrevive este tipo de vía son los barrios de La Rosaleda y de Compostilla. Así, sin espacio propio por el que circular, lo que hace falta en Ponferrada es un cambio cultural. Mientras esto no se produzca, el uso de la bici por parte de los vecinos seguirá siendo circunstancial. Ya a mediados del año pasado, el gerente de La Bici, Sergio Carratalá, advirtió de que las cosas no iban bien, precisamente por la poca aceptación que el servicio público tiene entre los ciudadanos. «Algo no hicimos bien, porque el servicio de bicicleta pública no está respondiendo a las necesidades de la gente, que sí está interesada», aseguraba Carratalá hace algo más de un año.
Actualmente, el servicio público de bicicletas cuenta con cerca de 150 vehículos, sin embargo, no se utiliza ni una décima parte de ellos al día. En un principio, el alquiler era gratuito pero su escasa demanda llevó a la empresa a cobrar por cada bicicleta 4,55 euros al día, 10 euros a la semana, 20 euros al mes y 30 euros si el bono es de carácter anual. Una de las ventajas que ofrece es la gratuidad del billete de autobús para aquellos usuarios que, en un momento determinado, quieran cogerlo, siempre y cuando se suban al mismo con la bicicleta.