«El Rock and Ríos fue un parteaguas; me dio gasolina»

m.c. cachafeiro | ponferrda

Queda en llamar a las dos en punto de la tarde, y a las dos en punto, el rockero granadino llama para la entrevista. El sábado tocará en Ponferrada. Siete años después de la que iba a ser su gira de despedida, con 74 tacos vuelve a los escenarios con toda la fuerza. En «Symphonic Ríos» lo hace acompañado de su banda, Los Black Betty Boys, y de una orquesta sinfónica dirigida por el maestro Carlos Checa y compuesta por 50 músicos.

—¿Volver a la carretera es una forma de reivindicarse como rockero y artista?

—No. Me ofrecieron un proyecto que no podía decir que no, con una orquesta y mi grupo. Ya no tengo que reivindicar nada.

—¿Y cree que las nuevas generaciones valoran a quienes han sido pioneros como usted?

—Creo que sí, pero tampoco me importa mucho.

—En este trabajo repasa temas de siempre, ¿se queda con alguno?

—Hicimos un programa en televisión de fin de año con Pilar Miró, en el que estábamos Víctor Manuel, Ana Belén, Sabina, Rosa León y Amaya, de Mocedades... y lo llamamos ‘Cualquier tiempo pasado fue peor’. Para mí, que he tenido la suerte de pasar por momentos muy rutilantes, prefiero seguir experimentando como ahora, con esta una orquesta sobre el escenario, aunque sea un momento más íntimo, menos multitudinario. Cantar para 3.000, 4.000 personas está muy bien también, y yo estoy encantado. Hay que vivir el momento.

—¿Qué le trae a la cabeza el Rock and Ríos?

—Tocamos algunos temas y suena increíblemente. Temas como ‘Reina de la noche’, o el ‘Blues del autobús’. Hombre, como dicen los mexicanos, el Rock and Ríos fue un parteaguas. Tuvo mucho de epifanía para el rock nacional y para mí qué te voy a decir; me dio gasolina para unas cuantas décadas.

—¿Conoce Ponferrada?

—La primera vez recuerdo que fui a tocar a la discoteca del hotel Temple. También he ido al castillo... No tantas como en Madrid pero mía es la frase «en el río Sil, tú y yo...»

—¿Cómo ve el panorama actual de la música?

—Yo soy muy optimista, en el sentido de la creación; no tanto en la apreciación de esa creación. Las bandas están en un momento estupendo y suenan estupendamente. Con mucha autenticidad. Música de liberación.

—Y el panorama político, ¿cómo lo ve?

—(Risas) Inamovible. Demasiado protagonismo de la táctica política y pocas soluciones para los ciudadanos. Estamos enmarejados en un continuo dos pasos para adelante, dos para atrás.

—Todo tiene que ser políticamente correcto.

— Lo bueno es que todo fuera políticamente decente.

—¿Qué le llena de esta gira?

—Pues tocar. Tocar con una orquesta tan extraordinaria, que es una gente ultra joven, muy paritaria, que es una especie de emoción continua oír las canciones de siempre arregladas por una orquesta y una banda. A estas alturas del partido, es muy emocionante.

—¿Y hasta cuándo?

—Quien sabe, tío. Virgencita que me quede como estoy.

—Hay que valorar la fuerza que tiene para salir al escenario.

—Ya tengo 74 tacos. La fuerza está en ensayar todos los días y en vez de vivir la vida disipada y disoluta, y no maravillosa que vivía. Dedicarme a cuidarme más y como sarna con gusto no pica...