Vega ensalza en su pregón festivo el esfuerzo, la pasión y la constancia
El director de la planta de LM abogó por la unión para ser mejores y hacer crecer al Bierzo .
M. F. | Ponferrada
Los valores que funcionan a la hora de obtener éxitos empresariales los utilizó ayer el director de la planta de palas eólicas de LM para ensalzarlos en su pregón de apertura de las fiestas de la Encina. Francisco Luis Vega Morales, más conocido como Paco Vega, se subió al balcón de la consistorial y desde allí, —confesando cierto vértigo por hablar a tanta gente en unas fechas tan señaladas— ofreció un mensaje basado en la esencia de los valores tradicionales. El trabajo bien hecho, sin chapuzas, el poder de la constancia y la pasión, la sintonía con los que creen en el esfuerzo individual y colectivo y, también los que consideran necesario desafiarse a uno mismo constantemente.
«Hoy hablo en nombre de los que creen en el trabajo bien hecho —manifestó Vega—. De los que no se conforman con algo cuando está sin terminar, desde lo más simple a la obra más compleja. De los que odian los parches, los malos remiendos y están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de que abandonemos ese complejo, esa falacia de que somos una sociedad que no sólo los tolera, sino que los fomenta. Sólo hay dos estados: las cosas que están bien, y las que están mal. No ‘suficientemente bien’, o ‘casi bien’. Tampoco ‘bueno, para lo que va a durar’. No. Aunque no sea políticamente correcto decirlo, en esto no hay medias tintas. Acabemos con esa losa, ensalcemos el valor de lo bueno. Puestos a tener conflicto, tan de moda hoy, si hay que independizarse de algo, hagámoslo de las chapuzas». Vega, que fue presentado por la alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, con un alegato en favor de la presencia de LM en Ponferrada, también enfatizó la necesidad de recrearse en la constancia: «Hablo en nombre de todos aquéllos que, aunque esté mal visto, saben que lo que se empieza se debe terminar. Y que para terminar algo normalmente hace falta tiempo, mucho tiempo, y perseverancia; más de lo que pensamos. Las cosas que merecen la pena nunca son recompensas inmediatas, y la mayoría de ellas se obtienen cuando ya casi las dábamos por perdidas. Y sobre todo ponerle pasión, porque las cosas hechas con pasión se notan a la larga. Normalmente, el valor de lo que se consigue es proporcional al tiempo que hemos invertido en conseguirlo y al empeño que se ha puesto en ello».