SILVIA BLANCO DIRECTORA DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE CACABELOS
«La apuesta por la cultura es una de las grandes asignaturas pendientes»
MARÍA CARRO | PONFERRADA
El Museo Arqueológico de Cacabelos (Marca) cumple una década. Lo hace con una media de 15.000 visitantes anuales y el éxito de los talleres didácticos que ofrece al público infantil, en vista de que han sido más de 1.200 los niños que, en el último año, participaron en ellos. Aunque la exposición arqueológica es el germen del proyecto museístico, son las muestras temporales las que han permitido incrementar y mantener las visitas, despertar el interés de la sociedad y evitar que el Marca entrara en estado de coma. La artífice de la revolución y responsable de que el museo de Cacabelos esté más vivo que nunca es su directora, Silvia Blanco. Hace cinco años sentó las bases de una nueva forma de hacer con la que ha obtenido excelentes resultados. Prueba de ello es el reciente ‘Marca Street Art Project’, que ha abierto las puertas del museo y llevado el arte a la calle. Un proyecto que seguirá creciendo, junto a otros muchos. De ello ha hablado Silvia Blanco con Diario de León.
—Hace cinco años que te pusiste al frente del Marca. ¿Cómo han cambiado las cosas?
—Cuando yo entré a trabajar aquí, el museo estaba muerto. Había una colección arqueológica que la gente de Cacabelos ya había visitado y la mayoría de la gente del resto de la comarca no la conocía. Por eso tuvimos que partir prácticamente desde cero. Ese trabajo de día a día y no haber tirado la toalla ha permitido que hoy tengamos un número importante de visitantes y muchos niños que vienen a los talleres. Estamos en torno a las 15.000 visitas anuales y hemos conseguido fidelizar visitantes, que en el caso de los museos es complicado.
—Para ello han sido cruciales las exposiciones temporales.
—Sí, nos han ayudado mucho. Cada dos o tres meses, tenemos una exposición nueva y eso vuelve a generar inquietud por volver a visitarnos. Es muy reconfortante ver como, si ofreces un producto de calidad, la gente repite. Sería impensable conseguir esto si dependiera solo del atractivo de la exposición arqueológica, que sí que vamos ampliando, pero no podemos ofrecer piezas nuevas cada tres meses. Otra de las grandes herramientas para nosotros es todo lo que tiene que ver con la didáctica. Mucha gente nos conoce porque o ha traído a los niños a los talleres o porque alguien le ha hablado de las actividades que hacemos.
—El Marca es un museo vivo que sobrepasa sus muros. El Marca Street Art Project es el mejor ejemplo.
—Vivimos en unos tiempos muy convulsos y en el caso de los museos tenemos que estar con los ojos muy abiertos. Hay que observar lo que quiere el visitante y las actividades paralelas que hacemos (los talleres, las exposiciones, las presentaciones de libros...) permiten que la gente nos conozca por diferentes causas y que te conozcan siempre es bueno. El Marca Street Project es un proyecto en el que llevábamos mucho tiempo trabajando, sabíamos que podía funcionar bien y batió todas las previsiones. Ha sido un éxito tan rotundo que todavía estamos un poco descolocados, pero bienvenido sea todo el flujo de visitas que ha generado. Nunca habíamos tenido tantas interactuaciones en redes sociales. Ha sido un éxito rotundo.
—Y ese museo al aire libre ¿seguirá creciendo en sucesivas ediciones?¿Se incorporarán otras demostraciones artísticas?
—Sí, la idea es que para el año que vienen sean otros siete murales y así sucesivamente. En respuesta a la segunda pregunta, cuando se planteó la residencia artística se hizo en diferentes disciplinas, por lo que aunque al final se sacó solo de street art, no es algo cerrado.
—¿Existe la posibilidad de que la acción cultural del Marca salga, incluso, de los límites de Cacabelos?
—Yo siempre lo digo que no somos, para nada, localistas. Creo que los museos son para la sociedad y no nos podemos mirar al ombligo. Queremos democratizar el arte, pero nosotros dependemos del Ayuntamiento de Cacabelos. Es verdad que ejercer de eje vertebrador a nivel cultural para nosotros sería fácil, pero para ello necesitamos más apoyos. Para nosotros el Ayuntamiento es clave, pero como el resto de museo de la provincia, también contamos con financiación de la Diputación de León y de la Junta de Castilla y León. Quizás, a la hora de dar subvenciones, estas administraciones deberían mirar más a los museos que trabajamos intensamente, observar a los que sí estamos haciendo los deberes y no tener solo en cuenta el rango de visitantes.
—¿Habéis tenido que decir que no a muchas cosas por falta de presupuesto?
—Nuestro presupuesto es muy pequeño, pero lo compensamos con mucho trabajo, implicación y buscando recursos para economizar el máximo. Por eso, cuando hablo de apoyo institucional me refiero también a la posibilidad de tener un poco más de personal. Durante todo el año sólo somos dos personas que hacemos todo y hay que tener en cuenta que nosotros producimos todas nuestras exposiciones, algo totalmente anormal en la provincia. Muchos museos funcionan con los circuitos de exposiciones de la Diputación y la Junta, que vienen, las montan y se van; pero a nosotros nos resulta mucho más atractivo producirlas nosotros mismos. Es más trabajo y mayor coste económico, pero los resultados son completamente diferentes. Hacemos una exposición a la carta, como queremos y según el conocimiento que tenemos de nuestros visitantes.
—Desde luego, el Marca es una referencia como centro cultural en una comarca ¿con poca oferta?
—Creo que se pueden hacer más cosas de las que se hacen. Yo entiendo que es más fácil estar de brazos cruzados que apostar por la cultura, pero hay que tener continuidad, trabajar el día a día. Nosotros, desde aquí, intentamos aportar nuestra granito de arena, pero si otras localidades que tienen un flujo de visitas mayor y una población importante estuvieran al pie del cañón, yo creo que la industria cultural sería mucho más potente. Está claro que si ofreces actividad cultural la gente responde. Es una de las grandes asignaturas pendientes. La disculpa de que no va a haber población para asistir a nuestros actos culturales es una disculpa de mal pagador.
—¿Cuáles son, ahora, los grandes retos del Marca?
—El Marca es un museo accesible y para todas las personas. Esa es la idea en la que hay que seguir trabajando. De momento, tenemos que mantenernos. Lo que hemos conseguido en estos cinco años ha sido muy difícil y lo que hay que hacer es continuar trabajando en la misma línea y va a ser el público el que nos va a ir dirigiendo.