Del Olmo: «El Bierzo también existe y quiere vivir dignamente»
Cuando Luis del Olmo tomó la palabra sobre el palco improvisado en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada, la multitud enmudeció y asintió continuamente ante las afirmaciones a las que uno de los mejores embajadores del Bierzo dio forma en su discurso que causó de todo menos indiferencia. Había mucha emoción contenida en el ambiente.
«Se van a terminar las preocupaciones, estoy seguro y algo y alguien me dicen que a partir de esta manifestación multitudinaria». Así empezó una intervención que concluyó apelando directamente a los máximos responsables del Gobierno de España y de la Junta de Castilla y León. «Quiero enviar un saludo respetuoso al presidente de la Junta y al presidente del Gobierno y decirles que el Bierzo también existe».
Luis del Olmo apeló a la necesidad de poner en marcha «un programa creíble y serio de reindustrialización en el que se impliquen de manera decidida las administraciones» y también empresas como Endesa y Naturgy. «Llevan muchos años en nuestra comarca, explotando nuestros recursos naturales, como el carbón, y produciendo energía con la que han obtenido ingentes cantidades de dinero. Por lo tanto, es justo exigirles que cumplan con esta comarca y que no dejen tirados a los bercianos».
«Nos encontramos en un escenario difícil que requiere de una dedicación especial por parte del Estado. Necesitamos construir consensos y habrá que diseñar estrategias políticas nuevas», aseguró el locutor radiofónico ante una multitud «unida bajo el paraguas», según el mismo subrayó.
Luis del Olmo tiró de recuerdos y de sueños. Los que soñaron esos mayores que hoy son el sustento de muchas familias. «Seguro que soñaron con ver a sus hijos con un trabajo estable, formando una familia. Soñaron con disfrutar de su jubilación cuidando de sus nietos y viéndolos crecer en su tierra, en su Bierzo querido. Pero nada más lejos de la realidad. Hoy se ven obligados a volver a acoger bajo su techo a esos por los que tanto han luchado, a ser el sustento de la familia», se lamentó este berciano ilustre, que pide soluciones y las pide ya.
«El tiempo se nos agota y la paciencia, más. Ya no sirven las buenas palabras, necesitamos hechos. Los bercianos no nos resignamos», aseveró.