ARSENIO TERRÓN | nuevo director general de la ciuden
«Renunciar a la investigación en captura de CO2 sería ilógico»
Sobre su mesa, en las instalaciones de la Ciudad de la Energía en Cubillos del Sil, tiene los primeros papeles. Tras su nombramiento, el pasado martes, Arsenio Terrón concede su primera entrevista con un doble mensaje: sumar y buscar acuerdos para relanzar el proyecto, aunque reconoce que ya no será el mismo que como nació.
m. c. cachafeiro | ponferrada
—Después de la presentación y de las valoraciones que se han hecho, ¿cómo afronta la nueva etapa de Ciuden?
—Es un proyecto ilusionante, aunque también es duro. Me voy a encontrar con muchas dificultades, pero quizá por ser alguien del territorio, y creo que es importante que el Estado haya confiado en alguien del territorio, llego con ganas de hacer cosas. Por mi formación, que es diferente a la de los directores anteriores, creo que voy a dar otra pátina a este objetivo. Quiero poner encima de la mesa mi forma de entender el mundo de la energía, el medio ambiente, el desarrollo rural, el patrimonio cultural... Si todos aportamos, vamos a hacer cosas.
—En la presentación se puso en duda la continuidad del proyecto de captura del CO2. ¿Seguirá Ciuden investigando?
—Todo hay que situarlo en el contexto histórico en el que se generó. En un primer momento, la UE estaba apostando por la captura geológica de CO2 derivada de actividad industrial generadora de energía eléctrica, y se metieron muchos recursos y millones de euros en toda Europa. El cese de la actividad investigadora en Ciuden coincidió con el cese de la actividad investigadora en el resto de Europa. Toda Europa practicamente ha desechado seguir trabajando en estas actividades de origen industrial, pero no se ha desechado la captura de CO2 como una manera de abordar el cambio climático.
—Es que el CO2 está en los coches, en muchas actividades de la vida cotidiana...
—Ahí está. Tú puedes dejar de capturar el CO2 en la chimenea de una central térmica pero el CO2 sigue saliendo por el escape de nuestros automóviles, de toda la actividad industrial, que está generando un calentamiento global que nadie puede negar.
—¿Y ese CO2 se puede investigar aquí, en Ciuden?
—Claro. Lo que tendremos que hacer es volver a retomar, no las dimensiones de caldera con las que se estaba trabajando, que quizá sea inasumibles para investigar, porque no se necesitan. El problema es que están ahí, y mantenerlas cuesta un dinero importante. Tendremos que reconducir y analizar con mucho detalle, y es uno de mis primeros objetivos con el Idae, cómo podemos darle contenido a esas instalaciones. Renunciar a la investigación en captura de CO2 es ilógico; quizá haya que renunciar al proyecto inicial que había de esa captura industrial. Además, la Ciuden tiene laboratorios de altísima calidad. Vamos a ver si le damos contenido, y quizá lo consigamos no viviendo de espaldas a otras instituciones públicas y privadas que trabajan en investigación, sea la Universidad de León u otras universidades o centros del Csic de otros territorios. Tenemos que conseguir aunar esfuerzos.
—¿Cuándo se pueden ver las primeras actuaciones de esta nueva etapa?
—No me atrevo a dar una fecha, pero espero que sea pronto. Mi idea es trabajar con pequeños proyectos. Con cosas pequeñas que se vayan encardinando como las piezas de un puzzle y que vayan dando sentido a nuestra actuación. No soy hombre de grandes proyectos sino de abordar desde distintas ópticas el problema. Yo me gustaría que antes del próximo verano pudiéramos tener algunas actuaciones, al menos iniciadas. También para que la gente vea que se están haciendo cosas. Si ven que los primeros meses decimos y decimos y no se ve nada... eso va a crear una desesperanza o al menos a mantenerla al nivel que está. Temas como restauración medioambiental, que es de las más fáciles de abordar, nos encontramos con enero y febrero que nos van a condicionar climatológicamente, pero en primavera tenemos que ser capaces de hacer cosas.
—¿La restauración de escombreras va a ser uno de los grandes activos de empleo de Ciuden en esta etapa?
—Tiene que serlo, y además, con gente que ya intervenía en ese sector en la parte degradativa y que ahora queremos que se sientan parte importante en la restauradora. Gente que estuvo ligada a la industria de la minería en extracción ligada al territorio. Pero no busquemos ahí solo la solución a todo el desastre económico y de pérdida de puestos de trabajo que ha generado la minería. Derramar lágrimas por lo que ya es inevitable no tiene mucho sentido; vamos a intentar buscar acomodo a los que se han quedado sin posibilidades laborales a través de la restauración ambiental. Es una de las opciones.
—¿De las escombreras se puede sacar grafeno? O dicho de otra forma, ¿el grafeno es una palabra que entra dentro de los objetivos de Ciuden?
—De momento no. ¿Como opción de futuro? Ojalá pudiésemos. Sería de alto interés, tanto desde el punto de vista de la investigación como de la aplicación de la investigación. Las escombreras tienen mucho todavía que ofrecer, pero tenemos que manejarlas también con ciudado.
—Inicia su etapa con una palabra en la Ciuden: sumar. ¿Cuánto mejorará la Ciuden en los Presupuestos del Estado, si salen adelante, frente a los 3.000 euros del último año?
—A poco que se sume, va a ser multiplicar por mucho; o eso es el compromiso que han adquirido conmigo las personas que aquí me traen. Nada de lo que fue, tenemos que tenerlo en cuenta, pero mucho más de lo que tenemos ahora. Insistiré hasta donde pueda y más allá para que haya un presupuesto importante para poder acometer trabajos. Con ganas se pueden hacer muchas cosas, con intenciones, también, pero sin dinero no se puede hacer practicamente nada. También saldremos al mercado a conseguir recursos a través de la Unión Europea; no solos sino con otras instituciones como el Idae.