MEDIO AMBIENTE
Luz verde a la depuradora de Berlanga, Fabero y Vega
El proyecto de esta central reversible pasa el trámite medioambiental.
dl | Ponferrada
El Ministerio para la Transición Ecológica dio su visto bueno con una declaración de impacto ambiental favorable al proyecto de construcción de una central depuradora reversible en el cauce del rio Cúa, en los términos municipales de Berlanga del Bierzo, Fabero y Vega de Espinareda, según recoge la edición de ayer del Boletín Oficial del Estado.
El proyecto, impulsado por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, pretende dar respuesta a la problemática causada por las aguas contaminadas de origen minero en los valles del Bierzo y Laciana.
En ese sentido, la central prevé depurar un caudal cercano a los 3.000 metros cúbicos al día de aguas de drenaje de las minas Alicia y Julia, caracterizadas por su acidez, alto contenido en sulfatos y elevadas concentraciones de metales disueltos como hierro, níquel, manganeso o zinc.
Se trata de utilizar el drenaje ácido como agua de aporte de la central y aprovechar una serie de fenómenos físicos que se dan en una central reversible -evaporación, oxigenación y tiempo de retención elevados-, para añadir un reactivo como la cal que permita la decantación de sólidos en suspensión y la precipitación de sólidos disueltos, de forma que las aguas contaminadas se devuelvan al cauce en las debidas condiciones de calidad exigidas por la normativa vigente.
Según se especifica en la memoria del proyecto técnico, con posterioridad, los contaminantes precipitados se extraerán de los depósitos excavados en el terreno y se entregarán a un gestor autorizado.
La potencia de turbinación instalada será de 468 MW y de 588 MW la de bombeo. La producción de energía estimada en un año medio será de 1,08 GW, con una vida útil de 75 años.
El proyecto se sitúa en la cuenca del río Cúa, cuyo estado ecológico se define como moderado y su estado químico como malo, según Confederación, debido a episodios de contaminaciones por escorrentías y la alta acidez de los efluentes que se incorporan al río en la zona de Fabero. El mal estado químico es debido a una alta carga de metales, principalmente cadmio y níquel, según los informes técnicos elaborados en su momento.