embajador en la capital
El botillo enseña otra manera de vivir lejos del Bierzo
El festival del embutido en la Casa de León en Madrid tuvo a Antonio Ovalle de mantenedor y Castropodame de ayuntamiento invitado.
Pacho rodríguez | madrid
Lo que el botillo une no lo separan ni las barreras interiores. Se saborea y se siente. Y tiene algo de rito. Lo saben hasta en Madrid, cuya Casa de León en la capital, reedita cada año uno de los eventos que son «buque insignia» de la entidad, ahora ya presidida por Diego García Paz.
El propio presidente así lo corroboró: «El Bierzo une. Y junto a un botillo y toda esta gente, está más que clara la importancia de esta tierra», aseguró. También insistió García Paz en lo que viene siendo su gran lema: «Rejuvenecer las casa», repite. Y deja claro también que no sobra nadie, como si no se tratara de sustituir sino de sumar. Pero el botillo, que es sabor y humo berciano a toda máquina, volvió a rescatar la memoria, sugerir futuro, y pretexto perfecto para abrazarse al origen de cada uno.
Así daba comienzo la 72ª edición de la Fiesta del Botillo, y que como viene siendo habitual en los últimos años se llevó a cabo en la Residencia Militar Don Quijote. Y como también viene siendo habitual hizo buen tiempo, lo que dio vistosidad a la recepción con vinos de la tierra. Esta edición número 72 mostró de igual forma la intención de corresponder tanto a las virtudes de los bercianos galardonados como a la diversidad de esta tierra, y que se traduce en la gran cantidad de personalidades que destacan en los más variopintos sectores.
Por tanto, «exaltación gastronómica, pero también la cultura y humanismo berciano, que contribuyen al prestigio de León», señaló García Paz. En esta ocasión, el mantenedor fue Antonio Ovalle García, como responsable de la exposición Templum Libri del Castillo Templario de Ponferrada. La Fiesta del Botillo 2019 también reservó un reconocimiento público a Valentín Carrera, «por su intensa actividad como escritor y periodista, llevando al Bierzo más allá de las fronteras de España», según manifestó el propio Diego García.
El reconocido enólogo Raúl Pérez, que combina como nadie tradición y revolución, fue premiado también por su labor en la promoción de los caldos de la tierra berciana y la provincia. Marta Casado, por su parte, por ser el ejemplo deportivo de fortaleza y superación, según indicaron representantes de la Casa de León en Madrid, se llevó otro reconocimiento, aunque la fiesta le pilló compitiendo.
Finalmente, Castropodame fue el Ayuntamiento invitado y premiado en un botillo que, una vez más, por arte de nostalgia o de disfrute se convirtió en la manera de estar más cerca del Bierzo en Madrid.
Y vinieran de donde, y como vinieran, el bercianismo se sintió como debe ser: a tope. Por parafrasear. Más todavía cuando después de himnos, Monty, Pepe Monteagudo, montañés leonés imparable, arrancó su imperdible «A la luz del cigarro...». Canción vigente incluso ahora que ya no fuma nadie. Como forma de vivir El Bierzo lejos del Bierzo.