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Los proscritos de Google Maps

Las aldeas más remotas del Bierzo, incluso hasta seis pueblos de Ponferrada, no aparecen en el famoso buscador que muestra calles y edificios.

El coche de Google, con la cámara en el techo, atravesando en 2016 la calle del Reloj. ANA F. BARREDO

Publicado por
MANUEL FÉLIX | PONFERRADA
Ponferrada

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Las nuevas tecnologías permiten viajar con el ordenador a la más insospechada calle de un pueblo, ciudad, río, edificio, descampado o paisaje del mundo. Google Maps lo hace posible. Sin embargo, en el Bierzo hay aldeas remotas y también bien próximas a Ponferrada, en las que no ha pisado el coche o el personal de la famosa aplicación de tránsito virtual.

Por ejemplo, por la pantalla del ordenador se pueden conocer las calles de Peñalba o incluso las de la mayoría de los pueblos de Ancares o Fornela, desde Burbia a Balouta, pasando por Pereda, Candín o Sorbeira.

Sin embargo, si a alguien le da por viajar o conocer virtualmente con la aplicación las calles de Orbanajo, Ozuela, Espinoso de Compludo, Montes de Valdueza o Ferradillo, no lo podrá hacer. En el mejor de los casos tendrían un punto de referencia giratorio, como es el caso de Montes. Pero nada más.

Hay pueblos que no existen para el Google Maps. Son los proscritos, como puede ser el caso de Cadafresnas o Arnado, en donde sólo te deja ver un puente de madera descascarillado por el paso del tiempo y el agua del cauce, pero ni rastro de una sola edificación.

Hay otros casos también curiosos, como por ejemplo si se quiere «viajar» al pueblo ponferradino de Valdecañada. Te deja en su final frente a una caseta de bloques en la que se pueden ver cinco carteles de propaganda política con la cara borrada del que fuera alcalde de Ponferrada, el popular Ismel Álvarez.

En Palacios de Compludo también llega a la entrada del pueblo y nada más. Sin embargo, Matavenero, el pueblo de los hippies donde no llega la carretera y se accede a pie, sí se puede apreciar una panorámica de 360 grados, desde un punto fijo.

Campo del Agua, en el corazón de los Ancares bercianos, se ve igualmente desde un punto fijo. No llegó el coche de Google. Y curioso es el caso de Aira da Pedra, donde el conductor se debió cansar por el camino, dado que se quedó en la carretera a unos pocos metros del pueblo. No se puede transitar virtualmente por Aira da Pedra. Por su puesto, tampoco por Porcarizas. Más ejemplos de pueblos que no existen para Google Maps: pues Fresnedelo o Langre, localidad del municipio de Berlanga, a tiro de piedra de la carretera que conduce a Fabero. Y hay más, como Pradilla, Valdelaloba, Tedejo o Los Montes de la Ermita, del otro lado de la montaña de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. No existen para el mundo virtual.

Es sorprenden por ejemplo, que el coche de la famosa app sí llegara y reflejase cada detalle de la carretera que conduce al pueblo de Primout, el mismo que fue abandonado, ocupado por hippies y que despertó fuerte polémica con los propietarios de las casas. Sí es factible conocer en detalle Primout a través de Google Maps.

Existen aldeas, como la de Parajís (Balboa) —famosa por contar con la imagen de un demonio con una guadaña en el altar— que el coche de la citada aplicación informática no puede llegar y se conforma con dar la vuelta a pocos metros de la entrada. La estrecha calle de acceso a las casas echó para atrás al operario que realizaba con el vehículo el trabajo de campo.

Algo parecido le sucedió al intentar llegar al pueblo berciano de Moñón, no muy lejos de Ambasmestas, en las tierras municipales de Vega de Valcarce. El castillo de Sarracín también le quedó lejos a Google Maps.

La tecnología sí ha llegado de manera decidida a remotas aldeas y si por ejemplo se quiere conocer cómo son las calles de Campo de Liebre, Moldes, Hermide (Barjas), Villasinde y sus espectaculares paisajes verdes sólo hay que pinchar en la figura del «muñeco» y dejarla caer sobre el punto que se quiera. Hasta te puede trasladar al Hayedo de Busmayor. Eso sí, no se le puede pedir por ejemplo que te lleve a Villarrubín (Oencia), porque el coche de Google Maps, con su aparatosa cámara, no llegó aún.