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PATRIMONIO FERROVIARIO

Torre reclamará al Adif los sillares del túnel número 20 para su museo

Marca del cantero y sillar con número (1999). DPL

Ponferrada

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La primera piedra del museo ferroviario que quiere acondicionar el Ayuntamiento de Torre del Bierzo en la antigua estación de la localidad debería tener el número 20 pintado de blanco. Así lo entiende el alcalde, Gabriel Folgado, que solicitará por escrito al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) la cesión del sillar del túnel donde el 3 de enero de 1944 ocurrió la mayor catástrofe en la historia de los ferrocarriles de España y que tras el desmantelamiento del paso a finales de los años ochenta, languidece en un jardín interior de la estación ferroviaria de León.

Folgado, que ya había adelantado con anterioridad su intención de reclamar la pieza de mampostería, aseguró ayer que solicitará por escrito la cesión de la pieza, en vista de que permanece en mal estado, junto a otros sillares, en las instalaciones de la capital de la provincia, donde en la actualidad tiene lugar las obras de soterramiento del AVE.

Renfe terminó de desmantelar el túnel en 1987, después de dos años de obras, para mejorar la seguridad del tramo. Los escombros retirados acabaron en parajes de la Junta Vecinal de Santa Marina de Torre como ‘El Coro de la Espina’, y ‘El Barro Colorao’. Los vecinos de Santa Marina conocían entonces como Peña el Sueño al paraje sobre el que se asentaba el mítico túnel donde ardió el tren correo 421 tras chocar con una máquina de maniobras, según recordaba ayer el pedáneo de la localidad, Melchor Moreno.

Santa Marina acogió entonces cuatro sillares del túnel desmantelado que hasta el año 2010 estuvieron almacenados. Desde entonces, tres de las piedras se encuentran delante del pórtico de la iglesia y se utilizan como poyos para sentarse. Allí ha grabado un equipo de TVE a dos vecinas que cantan la copla sobre el túnel número 20 que se hizo popular en la posguerra y que da una idea de la repercusión, y el trauma, que supuso un accidente minimizado por el régimen franquista. Las dos vecinas, Rosa y Aurora aprendieron la copla cuando eran adolescentes en el lavadero de la mina.

El cuarto sillar, de 1,20 metros de altura, sirve de base al reloj de sol que desde 2010 está situado en el entorno de la misma iglesia de Santa Marina, cerca del arco recientemente dedicado a los pueblos abandonados con piedras a su vez recuperadas del antiguo templo de Santibáñez de Montes, aldea ya desaparecida.

El arco, recordaba ayer Moreno, está nominado a los premios de aquitectura de la Fundación Palacio de Canedo.

Los sillares con el número 20 y las iniciales NYC, se entiende, que del cantero que en 1882 se encargó de la construcción del túnel, iban a ocupar un lugar «ornamental» junto a la trinchera del paso desmantelado, como informaba en 1987 la revista Trenes hoy. Pero finalmente acabaron en León.

En la última fotografía facilitada a este periódico, del pasado lunes, no había constancia de que, junto al sillar con el número 20 pintado, se conservara el de la marca del cantero.

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