UNA COMARCA CUIDADA
Premios para un Bierzo más Bierzo
La Casa del Duro de Anllares y un lagar en Rodanillos ganan los premios Palacio de Canedo
Divisar el Bierzo desde el Palacio de Canedo resume la filosofía de José Luis Prada, A tope, y, sobre todo, su grito en favor de un Bierzo más Bierzo. Y un año más, los Premios de su Fundación, en su XI edición, sirvieron para reivindicar esa forma de ser, «la lucha contra la dejadez del entorno y el feísmo», como puso de manifiesto Flor Bonet en la presentación del acto, al que asistieron, entre los muchos invitados, el rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín, y el presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez Courel, además de alcaldes y representantes de la comarca.
En total, se repartieron 8.600 euros financiados por el Consejo Comarcal, los ayuntamientos de Bembibre, Carracedelo y Arganza, el Instituto de Estudios Bercianos y la propia Fundación.
En la modalidad de instituciones públicas, asociaciones de vecinos, ayuntamientos o juntas vecinales, el primer premio, dotado con 2.000 euros, fue para la adecuación del antiguo Lagar de la localidad de Rodanillo, y el segundo, para el Ayuntamiento de Carracedelo, por la recuperación del Molino La Pradela. Su alcalde, Raúl Valcarce, donó los 1.000 euros a la Fundación. El tercero, con 500 euros, fue la recuperación de la cubierta y ábside de la iglesia de Canedo.
En la categoría de iniciativas particulares, el primer premio, dotado con 2.000 euros, se fue a Anllares del Sil, por la recuperación de la llamada Casa del Duro, una cuidada restauración de una casona rural que estaba dotada de corredores, patio, jardines… El segundo para una casa de San Román de Bembibre, en la que destacaba la recuperación de la fachada, y el tercero para una vivienda de Tremor de Abajo. Además se concedieron dos accésits, uno para la recuperación del arco de la iglesia del desaparecido pueblo de Santibáñez de Montes, que estaba recogido en Santa Marina de Montes, y otro para una vivienda de Berlanga que ha vuelto a la vida gracias a una sabia recuperación arquitectónica.
Cerró como siempre José Luis Prada con un canto al Bierzo y a luchar por cada gesto, «por pequeño que sea», en favor de la arquitectura rural. «Aunque parezca insignificante, todo suma», enfatizó.
Resumiendo: «A tope».