Preparativos para desmontar cientos de tubos y una chimenea
Lo primero que se está construyendo para el desmantelamiento de los grupos 1 y 2 de Endesa en Compostilla es algo que a primera vista no despertaría gran atención. Una acera que va desde la zona cero de las obras hasta la puerta de salida de la central (foto de la izquierda). La seguridad es clave para una actuación que será compleja y donde primará el paso de camiones. Por eso, como explica Joao Augusto, el ingeniero que está al mando del operativo, es necesario ese paso de hormigón, para que todos los trabajadores del desmantelamiento siempre entren y salgan por el mismo sitio, sin cruzar la carretera para evitar accidentes.
Los grupos 1 y 2 fueron los primeros que se levantaron en Compostilla (foto superior). Son un entramado de tubos, conductos y precipitadores necesarios para la combustión en las antiguas calderas. Todo se desmontará (foto superior) para chatarra. El desmantelamiento se completará con el derribo de la antigua chimenea del grupo 3, que también daba cobertura al 1 y 2 y que ya no se utiliza. Una obra compleja, explica Joao Augusto, porque al mismo tiempo se tienen que conservar algunas infraestructuras como la cinta de carbón (foto de la derecha) que alimentaba ambos grupos y que sigue abasteciendo al grupo 3. Eso implicará que otras instalaciones como la nave de turbinas no se vaya a demoler tampoco. «Lo que sí se va a desmantelar son todos los equipos mecánicos de los grupos 1 y 2 dentro de la nave de turbinas».
Tras los preparativos, desde que se desviaron las primeras conducciones eléctricas en febrero, comienza la verdadera obra. En la chimenea, la más baja de toda la central, se utilizará un robot a modo de abrazadera que desde arriba irá echando el escombro hacia dentro. Así se hará hasta la cota de 40 metros, cuando ya se podrá continuar desde equipos de suelo.