la rehabilitación del castillo viejo
La ciudad que entierra su presente y exhuma su pasado
Ponferrada ocultará una cápsula del tiempo bajo el suelo del patio de la vieja fortaleza y se prepara para recuperar vestigios de hace 3.000 años.
maría carro | ponferrada
A punto de comenzar las obras de rehabilitación de Castillo Viejo de Ponferrada, el Ayuntamiento ha decidido simbolizar uno de los momentos más destacados de la historia cultural de la ciudad con el entierro de una cápsula del tiempo en la que el equipo de gobierno introducirá diverso material que define el presente con vistas a que alguien lo interprete en el futuro. Una acción que ya se realizó en la última gran reforma del Castillo, hace más de una década, y que ahora se repite para dar solemnidad a una obra importante que permitirá redescubrir «la Ponferrada de hace 3.000 años», aseguró ayer la alcaldesa en funciones. Gloria Fernández Merayo está convencida —así se lo han transmitido técnicos de Patrimonio— de que, en las excavaciones que se van a llevar a cabo, aparecerán vestigios de gran valor correspondientes a la Edad del Bronce.
El acto de entierro de la cápsula del tiempo se celebrará el viernes a mediodía en el patio la antigua fortaleza que, a partir del inicio de las obras, quedará cerrada a las visitas, como tampoco se permitirá el paso por la calle Tras la Cava, reservada para hacer acopio del material necesario para la rehabilitación. Si todo marcha según lo previsto, las obras tendrán una duración de 18 meses y deberán haber finalizado para diciembre de 2020. Durante todo este tiempo, una exposición, ubicada en la sala Noruega de la fortaleza templaria, dará cuenta del proyecto cultural en sí, de los planos y de los avances.
La muestra, que irá cambiando a medida que avancen las obras, no será la única testigo de lo que va a pasar en el Castillo Viejo. Y es que todo el proceso va a ser filmado. «Se van a instalar cámaras para grabar los 18 meses de excavaciones y trabajos», avanzó Fernández Merayo, informando también de que todos aquellos vestigios del pasado, todos los hallazgos que se puedan producir durante las obras de recuperación, serán convenientemente catalogados y expuestos en el Museo del Bierzo de Ponferrada.
Presupuestada en 1,9 millones de euros, financiados en su mayoría por el Ministerio de Fomento con cargo al 1,5% Cultural, la obra de rehabilitación de la fortaleza medieval será ejecutada, finalmente, por algo más de 1,6 millones de euros, que fue la cantidad en la que se adjudicó. En todo caso, la alcaldesa no descarta que, al final, haya que subir la aportación hasta los 1,9 millones en función de como se vayan desenvolviendo los trabajos. Lo que sí está claro es que, esta vez, la complejidad será mayor que en la última gran reforma, principalmente porque, por aquel entonces, el Castillo estaba cerrado.
«Esta obra implica más complicaciones que la primera fase porque, en aquella, el Castillo estaba cerrado y ahora los trabajos van a tener que convivir con los casi 155.000 visitantes. Además, están los yacimientos arqueológicos de la Edad del Bronce que puede haber ahí. Ahí está la Ponferrada de hace 3.000 años», aseguró la alcaldesa en funciones. Por esa complejidad y por otros motivos, el Ayuntamiento ha creado una comisión de seguimiento y estudio encargada de velar por que todo vaya según lo previsto durante la ejecución de las obras.
Gloria Fernández Merayo no quiso desvelar ayer qué material será introducido en la urna de acero que se ha construido para enterrar el presente de Ponferrada como si de una misiva dirigida a los habitantes del futuro se tratase. Sí que avanzó que irá algún libro e invitó a los medios de comunicación de la comarca a introducir en la urna alguna de sus publicaciones, como «notarios de la actualidad» que son, para que los habitantes del futuro conozcan lo que sucedía en un presente que, de aquella, será pasado.