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GERARDO ÁLVAREZ COUREL | PRESIDENTE DEL CONSEJO DEL BIERZO

«La Junta nunca ha querido que el Consejo del Bierzo llevara la gestión de Las Médulas»

El presidente del Consejo del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel, ayer en su despacho. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Gerardo Álvarez Courel inicia su segundo mandato como presidente del Consejo y hay cuestiones con la Junta que siguen como hace cuatro años.

—Ya ha advertido que la financiación del Consejo será un caballo de batalla en este mandato. El retraso en recibir el dinero de la Junta de Castilla y León para los gastos de funcionamiento es recurrente. ¿No se puede poner en marcha algún mecanismo que lo evite?

— La Junta, en la Ley de la Comarca, tendría que abonar por trimestres adelantos los gastos de funcionamiento. Esto quiere decir que el primer trimestre del año en curso de 2019 debería haber sido abonado en diciembre de 2018, el segundo trimestre de 2019 se debería haber abonado en marzo y el tercer trimestre de 2019, en el que estamos ahora se debería haber abonado en junio, con lo cual al día de hoy rondaríamos el millón doscientos mil euros que no nos ha pagado la Junta.

—El retraso no se puede achacar, por tanto, al proceso electoral.

—En absoluto. Lo que denunciamos en el discurso de investidura es que, por suerte, el resto de las consejerías cumplen, pero la de Presidencia, que es de la que depende ese grueso de millón setecientos cuarenta y seis mil euros cada año (presupuesto completo de los gastos de funcionamiento) no ha cumplido y a día de hoy no hemos recibido ningún euro.

—¿Y cómo van a dar esa batalla?

—Lo que buscamos a través del convenio marco es que estableciendo un mínimo anual, y puede ser a partir de ese millón setecientos cuarenta y seis mil euros, más el incremento que se le da a los ayuntamientos a través de un índice que se utiliza para la percepción de los tributos del Estado, de la participación que tienen los ayuntamientos, automáticamente, sin necesidad de realizar una orden anual se lleve a cabo. Y si se tiene que hacer una orden anual, que tenga clara esa baremación. Desde diciembre, tampoco estamos tan mal económicamente como para que no pudieramos aguantar, pero lo que no puede ser que desde la Junta se esté estrangulando al Consejo Comarcal del Bierzo teniéndolo hasta el mes de julio sin cobrar ni un céntimo de gastos de funcionamiento.

—¿La Junta no se está tomando en serio al Consejo? Lo digo porque la negociación del convenio marco lleva cuatro años y todavía no está firmado.

—Desde la Junta se nos pidió que pasáramos a formar parte de la Federación Regional de Municipios y Provincias. Era una forma de tener presencia en algunos organismos donde se tomen decisiones que atañen al Bierzo. Y desde el año 2018 estamos en la federación. ¿Qué es lo que no ha hecho la Junta? Pues ser igual de diligente con estas cuestiones. Porque es muy importante la financiación y que no tengamos que devolver el dinero que se nos da todos los años. Si no gastamos, y nos obligan a malgastar, tenemos que devolver. Y encima con intereses, porque la justificación la reciben en el primer trimestre del año siguiente y esa demora en la subvención, porque se trata como una subvención, nos cuesta unos intereses. Así que recibimos el dinero tarde y si no lo gastamos, tenemos que devolverlo con intereses. Es una situación que queremos evitar y este es ha sido uno de los caballos de batalla, junto con el incremento, o una mínima dotación para que, por ejemplo, si llegáramos a un acuerdo con Ponferrrada pudiéramos construir una sede. Todo eso al final ha ido dilatándose en el tiempo hasta llegar al periodo preelectoral, que empezó en marzo porque hubo unas elecciones generales en abril, por eso desde marzo estamos en modo pausa. Pero el convenio es una cosa y las aportaciones dinerarias otra.

—¿Qué más destacaría de ese convenio marco pendiente de firmar?

—Más allá de lo que le he desglosado, ahora al haber un nuevo presidente de Castilla y León y un nuevo consejero de Presidencia, nos vamos a tener que poner al día con ellos. Solicitaremos una reunión a la mayor brevedad posible con el presidente de la Junta para saber qué expectativas quiere cubrir en estos cuatro años de mandato con respecto al Bierzo y al Consejo Comarcal y luego, bajaremos al nivel inmediatamente inferior, que es la Consejería de Presidencia para terminar de rematar ese convenio y poderlo firmar de una vez. Recuerdo las palabras del anterior consejero de Presidencia diciendo que se se iba a firmar después y en mejores condiciones. Pues a ver si tenemos esa suerte. No me importaría esperar si el convenio es mucho mejor

— Seguimos hablando de Las Médulas. La Dirección General de Patrimonio ve con buenos ojos la propuesta de la Cátedra de Turismo Sostenible de la Uned de regular las visitas con una entrada, independientemente de que se cobre o no, que permita reservas previas y que haya un tope de visitas en días de mayor afluencia. ¿Le parece una buena idea? Y una segunda pregunta sobre el paraje, ¿sería un utopía pensar que algún día el Consejo pudiera encargarse de esa gestión única en Las Médulas?

—Respondo primero a lo último. No se ha puesto en marcha la gestión única en manos del Consejo porque la Junta de Castilla y León no ha querido. No ha querido que el Consejo llevará la gestión. Si la Junta hubiera querido, hoy el Consejo Comarcal estaría llevando la gestión unificada del paraje. Nunca nos hemos escondido. Ni en el último mandato, ni en el anterior. Estamos plenamente capacitados para poderlo hacer. Es más un problema de voluntad y no ha habido voluntad política por parte del director general de Patrimonio (Enrique Saiz). Y volviendo a la primera pregunta, me alegro de que Patrimonio haya cambiado de parecer. Cuando expuse la idea de poner una entrada única para acceder al paraje, su respuesta fue que no se le podían poner puertas al campo. Luego entiendo que si ahora ha cambiado de parecer igual es porque lo que le dije en su día era una buena idea. En Las Médulas, de una vez tienen que tomar las riendas los ayuntamientos y el Consejo Comarcal. Y nunca nos hemos negado a que la Junta de Castilla y León pueda ejercer esa labor de tutela, por algo está legislado así. Pero el Consejo Comarcal siempre defendió que hubiera una gestión unificada del paraje, una gestión que se aprobara en la Junta Rectora y asesora de Las Médulas y controlara, y que como ya dije en su día podría ser pública, privada o mixta. Lo que no puede ser es que a estas alturas estemos con la Casa del Parque de la Junta, el Aula Arqueológica del IEB, el Centro de Recepción de Visitantes, del Consejo Comarcal y la galería de Orellán de una empresa privada. Hace falta un gestor único que coordine todas las actuaciones en el paraje. Y por supuesto, si en algún momento hay avalanchas o posibilidad de que haya un aluvión de visitantes, de alguna manera hay que regularlo para proteger el paraje. Siempre pongo el mismo ejemplo. Las Cuevas de Altamira eran uno de los lugares más visitados de España y del mundo y hubo que cerrarlo al público y hacer una réplica. No vamos a hacer una réplica de Las Médulas, pero está claro que hay que tomar medidas para protegerlas y que los habitantes de los pueblos que padecen esa avalancha de visitantes se vean recompensados de alguna manera. Y hasta la fecha, la Junta de Castilla y León no ha hecho nada para eso.

—Y eso pasa por limitar la afluencia con un número máximo de visitantes

—Por supuesto. Y pongo otro ejemplo. En el parque de Cabárceno tienen limitado el acceso. El día que no pueden entrar más no se entra y cuando van saliendo los visitantes, es cuando van dejando entrar. Lo que no puede ser es que si tienes una capacidad para mil vehículos se quieran meter mil doscientos. Tienes que meter mil y punto.

—¿Qué le parece el acuerdo entre Endesa y la Universidad de León para paliar los efectos del cierre de la central térmica de Compostilla? ¿Se fía?

—Me tengo que fiar porque, aunque Endesa ha dado alguna muestra de no ser fiable, sí me fío y confío en la Universidad de León. Entiendo que la Universidad no da un paso sin que tenga una garantía. Pero no es menos cierto que tenemos que esperar a tener más datos del proyecto. Todo lo que se haga suma. Ya dice el dicho que grano a grano se hace granero. Por supuesto, a Endesa hay que exigirle que derevierta al Bierzo una parte de todo aquello que se ha llevado, aunque también haya generado mucha riqueza. Pero ha ganado mucho dinero gracias al Bierzo y también es de ley que revierta, porque lo hace la matriz Enel en Italia. En el momento en que abandona una explotación como pasa en este caso, utiliza un plan social para recolocar a la gente y que se pueda seguir generando riqueza allí donde también se ha generado contaminación. Y recuerdo que yo viví en Ponferrada cuando funcionaba la central de Compostilla I y teníamos todas las aceras, las casas y los balcones llenos de carbonilla negra, que allí no había filtro ninguno. Y si los había, en algún momento los quitaron. Yo viví la humareda negra cuando empezaba a funcionar.

—Otro proyecto que parece que esté en pausa es el del tren turístico de Ponferrada a Villablino, donde el Consejo no deja de ser el tutor del Consorcio. ¿Lo veremos salir adelante este mandato?

—Creo que las acciones que se han hecho en estos últimos dos años, desde que la consejera Alicia García preside el Consorcio han funcionado bien. Y en la Consejería de Fomento se han puesto las pilas, porque ha habido una implicación importante del consejero en cuanto a la titularidad de los terrenos, tener tanto catastral como registralmente la titularidad de la concesión. Lo que sí necesitamos es esa celeridad que ya demandaba el alcalde de Villablino como la empresa ARMF. Tener la propiedad era un paso importante. Ahora hay que pasar la cesión al Consorcio para que se pueda empezar a trabajar. Y lo que hay que pedirle a la Junta es que habilite algún tipo de ayuda al Consorcio para que se pueda presentar un proyecto, no una simple memoria que pueda generar alguna duda y que se vea que el Ponfeblino quiere funcionar.

—En su discurso de investidura ha vuelto a reclamar una sede digna para el Consejo.

—Lo dije en el discurso. Una sede digna y propia. Hasta el ayuntamiento más pequeño de nuestra comarca, que es Barjas, tiene una sede propia. Y la Diputación provincial y al Junta de Castilla y León también tienen una sede propia en Ponferrada. Lo que no puede ser es que la institución que representa a la sociedad berciana lleve 28 años de existencia en un edificio compartido con otras actividades públicas y privadas. Seguimos pareciendo una oficina, en lugar de ser una institución. Quiero una sede propia y me gustaría que la Junta participara en su financiación. No que nos diera el dinero, y si lo hace mejor, porque estamos hablando de dos millones y medio, pero que habilite todos los años un extra de dinero para que podamos ir al banco a pedirlo. Provisionalmente, estar en el edificio de la Fundación Ciudad de la Energía, sí. Es un edificio singular en el que solo habrá dos administraciones y ninguna oficina privada de nadie. Así que seguimos apostando porque el Consejo tenga una sede digna, pero sobre todo, propia.