Municipios en caída libre por la emigración y la falta de jóvenes
La evolución de la población rural en el Bierzo es demoledora. Quizá no en el caso de Candín, que en el año 1960 tenía una densidad de 10,8 habitantes por kilómetro cuadrado y ya entraría en el apartado extremo. Sí en cambio otros casos como Borrenes, que llegó a tener 40 por kilómetro cuadrado ese mismo año; Páramo del Sil, 23,6, o Vega de Valcarce, 40.
Pese a todo, hace seis décadas, Candín contaba con una población de 1.520 habitantes, que se quedaron en 495 en el año 1981, en 444 en el 2000 y ahora, con datos de 2018, en 273.
Aunque también hay que tener en cuenta la extensión de los municipios, que en algunos casos son muy grandes, el estudio constata que desde 1960 hasta 1981 se ha producido en la provincia de León, y no sólo en el Bierzo, «un importante éxodo de población, mayoritariamente hacia provincias del norte, Madrid y Cataluña, con datos contundentes (- 67.226 habitantes). Demográficamente selectivo por la disminución de población joven y activa, configurando el punto de partida de la situación actual».
Si se analizaran ahora los datos de entonces, algunos municipios del Bierzo siempre han estado por debajo de 20 habitantes por kilómetro cuadrado. Son los de Benuza, Candín, Igüeña, Milonaseca, Oencia, Palacios del Sil y Peranzanes. Otros como Balboa pasaron de 22,7 en el año 1960 a 9 en el año 2000.
En cambio Ponferrada ha subido, de 143 a 230 ahora.