Diario de León

«La persecución a mi padre fue voraz»

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m.c. cachafeiro | ponferrada

Como en la canción de Pablo Milanés, Yo pisaré las calles nuevamente... , los Puente Falagán han podido caminar ya la senda que será memoria viva del paso de su padre por el Ayuntamiento de Ponferrada como el primer alcalde elegido democráticamente en 1931, apartado cuando no había pasado un año por acusaciones que se demostraron falsas en la propia República, condenado, ultrajado y ahora restituido moralmente como parte de la mejor historia de la capital del Bierzo.

Sus hijos José y Salvadora han pisado este pasado fin de semana el paseo que, desde la avenida de La Libertad, baja hacia el nuevo aparcamiento del Museo de la Energía, una calle que llevará su nombre a partir de hoy, en un acto que presidirá el alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón.

En la propia hemeroteca de este periódico se puede seguir el juicio que se celebró por malversación de caudales públicos. Francisco Puente Falagán fue alcalde desde abril de 1931 a abril de 1932, y terminó siendo absuelto aunque ya para entonces nadie se acordó de su restitución política, ni de escribir una sola línea.

Francisco Puente Falagán siguió viviendo en Ponferrada durante el franquismo hasta su muerte en 1973. «Vendía carbón a fraguas y alambiques de Galicia; yo le acompañé alguna vez», recuerda su hijo José, emigrante en Venezuela. Los Puente Falagán fueron una familia que lo pasó mal; otros hermanos también tuvieron que irse a tierras venezolanas, a Francia e Italia. Y es que, pese a ser absuelto de aquellas acusaciones, pasó muchas penurias y hasta tuvo que valerse de la Beneficencia para sacar adelante a los suyos. «No sólo fue la vejación que se hizo a la persona; su familia fue proscrita, de una persecución absoluta», explica Samuel Folgueral, portavoz de USE, la formación que ha impulsado la moción aprobada en el Ayuntamiento con la abstención del PP. «Fue una persecución voraz», insiste su hijo José, que también recuerda otro negocio de verduras que tuvo su padre, donde un antiguo policía franquista les requisaba el pan.

«Esto es un ejercicio de restitución, de justicia y de memoria», insiste Folgueral, que les acompañó en ese primer paseo por una zona que también tiene como metáfora el Puente del Centenario, la mirada a la Ponferrada del siglo XXI. «Siento orgullo», reconoce entre lágrimas su hijo José. «Pasamos hambre por el sistema que había pero hoy sentimos orgullo», insiste. «Una vez preguntó por él Felipe González», recuerda su hija. «Dijo que había sido un socialista de primera».

«La verdad es que han tenido que pasar más de 80 años después de haber sido condenado por los suyos, por falsas acusaciones, siendo una persona justa y honrada», aclara Samuel Folgueral ante el acto de esta mañana.

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