Las Médulas registran un lleno en el puente y evitan el colapso de tráfico

Todo lleno, pero sin agobios. Así se cerró el fin de semana del puente de Todos los Santos en Las Médulas, que registró un cien por cien de ocupación hotelera, en los negocios hosteleros de la localidad y en los aparcamientos dispuesto, sin que la saturación causara esta vez ningún colapso en el pueblo, según explicó ayer el alcalde de Carucedo, Alfonso Fernández.

«El otoño atrae a mucha gente a Las Médulas, aunque llueva», aseguraba el regidor, que este puente no ha tenido que recurrir a los voluntarios de Protección Civil del Consejo del Bierzo para regular el tráfico porque la afluencia de turismos no ha llegado a saturar los aparcamientos., sin embargo. «Hemos tenido un cien por cien de ocupación hotelera, todos los restaurantes llenos y todos los aparcamientos disponibles ocupados, pero todo ha ido bien», explico el regidor.

La afluencia de turistas en temporada otoñal ha coincidido además con las fiestas patronales del pueblo de Las Médulas, retrasados hasta el fin de semana. Los vecinos han invitado a paella a los visitantes, contó el alcalde.

Fernández, como el resto de alcaldes del paraje de Las Médulas, está a la espera de que el nuevo consejero de Cultura y Turismo de la Junta los cite de nuevo para avanzar en la redacción de un Plan Director actualizado. El regidor de Carucedo entiende que «si hemos esperando 20 años, ahora hay que redactar el plan metódicamente, aunque también tenemos derecho a fallar».

«La clave» del nuevo planteamiento, recalcó, tiene que estar en la recepción de los visitantes que entran en el paraje por el acceso principal del pueblo de Las Médulas, donde tradicionalmente se producen los colpasos.

Resolver el problema de la movilidad y accesos debería ser una prioridad para la Junta, y eso incluye la opción de dotar al área de más aparcamientos y diseñar un sistema de lanzaderas que se encargue de mover a los turistas de una forma eficaz.  

Hurto de castañas

El alcalde de Carucedo también reconoció que en las últimas semanas ha habido cierta tensión entre algún visitante y los propietarios de los castaños que salpican el área arqueológica de la antigua mina de oro romana. «No hemos tenido robos de castañas como en otras partes del Bierzo, pero sí a algunas personas que iban con una bolsa porque han pensado que las castañas están ahí para que las coja cualquiera», aseguró.

El problema, en cualquier caso, ha sido menor, aseguró Fernández, y los propietarios de los sotos se han preocupado por recoger el fruto temprano para evitar los hurtos.