Terrorismo
El atentado que mató hace 30 años a un policía berciano queda sin justicia
Francisco Pérez había nacido en Torre y aún se buscan datos entre la información de ETA
La Asociación de Víctimas del Terrorismo aún mantiene un hilo de esperanza en los papeles entregados por Francia a España con documentación sobre ETA que se están analizando en el Ministerio de Interior y que han servido, entre otros casos, para condenar recientemente a los autores del asesinato del comandante Luciano Cortizo, en León. Es la última esperanza que queda, si es que queda, para resolver el asesinato de Francisco Pérez Pérez, un policía nacional de 23 años nacido en Torre del Bierzo, que fue asesinado junto a otros cinco compañeros en Sabadell, el 8 de diciembre de 1990, a manos del comando Barcelona .
El año que viene se conmemorará el 30 aniversario de su muerte sin que nadie haya sido condenado por el vil atentado con coche-bomba, cuando los agentes se dirigían de servicio en un furgón policial al estadio de la Nova Creu Alta de esta localidad barcelonesa. Miguel Marcos Martínez, Ramón Díaz García, Juan José Escuredo Ruiz, Eduardo Hidalgo Carzo, Francisco Pérez Pérez, y Juan Gómez Salat resultaron muertos o otros dos agentes, Enrique Fernández González y Cruz Adeva Usera, sufrieron graves heridas, como algunos aficionados que se dirigían al encuentro, entre ellos un niño.
Francisco Pérez Pérez había nacido en Torre del Bierzo, aunque ya no tiene familia en esta localidad minera.
Según explican desde el gabinete jurídico de la AVT, el caso estaría sin resolver puesto que los autores materiales nunca fueron condenados. En 1996, la Audiencia Nacional absolvió a Pilar Ferreiro Bravo como encubridora y los supuestos responsables materiales Juan Carlos Monteagudo y Juan Félix Erezuma, jefe y número dos del comando Barcelona de ETA, respectivamente, murieron meses después, tras mantener un tiroteo con agentes de la Guardia Civil en una urbanización de Lliçà d’Amunt (Barcelona), donde ambos se habían refugiado tras cometer el atentado contra la casa Cuartel de Vic, también en Barcelona. En 2014 se descubrió un monumento en recuerdo de los seis policías nacionales asesinados en Sabadell. Por Real Decreto 1404/2000, se les concedió a todos ellos la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.