Depositadas en el Museo de León 28 piezas de valor arqueológico
Feliciano Cadierno cree que los indicios apuntan a que Peña Piñera fue el último reducto de los astures de la zona antes de ser conquistados en las guerras cántabras o vencidos en una revuelta posterior. Las enormes dimensiones del castro demuestran que se levantó para concentrar a la población de la zona y los molinos y pulidores de roca hallados, en piedra arenisca de la zona que hoy ocupa el municipio de Fabero, son otra prueba de que allí se refugiaron residentes de otros castros cercanos. Es posible además que la fortaleza se levantara sobre un castro anterior más pequeño. «Lo más probable es que no estuviera toda su superficie edificada, sino que sirviera de refugio a sus habitantes y para los habitantes de otros castros cercanos que pudieran depender de este», explican los autores en su estudio arqueológico. En las inmediaciones hay restos de al menos cinco castros más, de menor tamaño, unos de cronología romana y otros indefinida.
Las 28 piezas halladas —ocho molinos, cinco pulidores o afiladores, muestras de mineral de hierro y lajas de pizarra, materiales de hoguera, tachuelas de legionario y objetos más recientes como una pieza de arnés de bronce del siglo XVIII y un botón de cinco puntas del siglo XIX— ya están depositados en el Museo de León.