El Bierzo
Destruida por el fuego una de las pallozas BIC de Campo del Agua
La familia que se había confinado en el edificio de piedra y paja resultó ilesa
El teito de paja de una de las pallozas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en la aldea ancaresa de Campo del Agua, en el término municipal de Villafranca del Bierzo, ha sido el mejor combustible para las llamas que en la tarde del viernes destruyeron por completo el inmueble tradicional donde se había confinado una familia que resultó ilesa.
Los bomberos de Ponferrada, que no pudieron acceder a la localidad con sus vehículos por la ruta de Burbia y tuvieron que dar marcha atrás, les llevó una hora y llegar hasta el lugar del incendio para terminar de sofocarlo y asegurar la estabilidad de las ruinas.
El fuego se propagó por la vivienda habitada poco antes de las cuatro de la tarde por razones que aún se están investigando. Parar cuando los bomberos accedieron a la localidad a las 17.35, el fuego ya había calcinado buena parte de la palloza. Los cuatro profesionales con dos vehículos, que tuvieron que cargar agua de una reguera próxima, trabajaron durante más de dos horas y media para extinguir las llamas, serrar las vigas calcinadas de la estructura y derriba aquellas paredes con riesgo de desplome, según explicaron ayer a este periódico.
Hasta el lugar del incendio también se desplazó la alcaldesa accidental de Villafranca, María Luisa Blanco, que confirmó que la familia que ocupaba la casa desde el comienzo del confinamiento se encontraba a salvo.
El incendio en la palloza obligó a los bomberos de Ponferrada, que estos días se afanan en labores de desinfección en la lucha contra el coronavirus, a movilizar a un retén de guardia cuando a las cinco de la tarde se originó otro incendio que afectó a una cocina en una vivienda de Bembibre tras arder una lavador y que obligó a trasladar al Hospital del Bierzo a una mujer con discapacidad física.
La palloza que ayer ardió en Campo del Agua se encontraba aislada, lo que evitó que ocurriera lo mismo que el 8 de octubre de 1989, cuando las llamas de un incendio forestal se colaron en el pueblo y calcinaron hasta 17 pallozas y dos viviendas tradicionales. Entonces se salvaron cinco edificios tradicionales. La única pareja que todavía vivía en el pueblo, dedicada a la ganadería en aquellos años, no se encontraba en Campo del Agua porque habían salido a hacer una compra y no habían regresado a la aldea.