Una helada de hasta tres grados bajo cero pone en jaque a los fruticultores
El sector prevé daños tras haberse registrado temperaturas negativas durante seis horas
La madrugada del 26 al 27 de abril del 2017 marcó un antes y un después en el campo berciano. Fue una catástrofe. Una gran helada, acompañada de viento seco y frío, arrasó los cultivos mermando las producciones de fruta y vino a mínimos nunca antes registrados. Las temperaturas cayeron por debajo de los menos cuatro grados centígrados y heló durante unas ocho horas. Ayer, la madrugada volvió a ser heladora, con temperaturas que llegaron a alcanzar, en algún momento de la noche, los tres grados bajo cero. Empezó a helar a la 1.30 y así estuvo hasta las 7.30, es decir, seis horas en la que los frutales tuvieron que lidiar con valores por debajo de los cero grados que pueden acarrear graves consecuencias. El sector adelanta pérdidas pero habrá que esperar entre diez y quince días para ver el daño real, según explicó el director técnico de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA), Pablo Linares.
Los cerezos y frutales de pepita son los más sensibles a las heladas en esta época del año, sobre todo después de un invierno suave como el que acaba de terminar, que propicia una floración temprana. Las viñas, por su parte, no han florecido y eso ayuda a su protección ante hechos climatológicos como los ayer registrados. En todo caso, «en diez días se verán los efectos, pero ante esta cantidad de horas helando y estas temperaturas, daño ha causado seguro», afirmó Linares.
Los fruticultores y técnicos agrícolas de la comarca ya desconfiaban de que una situación como esta se pudiera producir. «Se están repitiendo mucho las condiciones que se dieron en 2017», aseguró Pablo Linares, explicando que la floración de los árboles viene muy adelantada tras un invierno «muy suave». «A finales de marzo los árboles ya están en flor y, en el caso de la pera, la situación va todavía más adelantada, ya que ha pasado incluso la etapa de floración y las peras ya están cuajadas».
«Es pronto para decir si estamos ante un escenario catastrófico o si los daños han sido leves», insistió el director técnico de la ABA, especialmente preocupado por el estado de los cerezos en las zonas más expuestas a las heladas. Linares recordó que esta será la cuarta campaña de la cereza amparada por la Marca de Garantía y, hasta ahora, desde que se aprobó el sello de calidad, no se ha conseguido una producción normal de cereza. «El cerezo es muy sensible a la helada y aunque ahora no se aprecie en la flor, la de la pasada madrugada puede haberle hecho mucho daño», se lamentó. «En manzanos y perales también habrá daño seguro», dijo.
Lo peor, a partir de las 5.30
Los datos recogidos por la estación meteorológica ubicada en Carracedelo muestran que las temperaturas cayeron por debajo de los cero grados centígrados a partir de las 1.30 horas y los momentos de mayor frío se vivieron entre las 5.30 y las 7.00 de la madrugada, con entre dos y tres grados bajo cero. Las diferencias con la gran helada de 2017 son varias. Principalmente, que la de entonces se produjo un mes más tarde, a finales de abril, y con los árboles en un estado fenológico más avanzado. Además, en la madrugada del 26 al 27 de abril de hace tres años ya empezó a helar a media noche y a las 3.30 de la mañana, los valores ya habían caído hasta lo menos tres grados, bajando hasta los prácticamente cuatro bajo cero a las 5.30 horas. Por eso, es pronto para ser alarmista, pero tampoco se puede negar la evidencia, según el director técnico de la ABA.
Lucha contra la avispilla
Por otra parte, el también director técnico de la Mesa del Castaño del Bierzo, Pablo Linares, adelantó que se mantienen las previsiones con el plan de lucha biológica contra la plaga de avispilla del castaño. De momento, el sector de la castañicultura no espera retrasos o inconvenientes motivados por la crisis sanitaria actual. «En principio, todo se mantiene. Los pedidos de Torymus sinensis estaban hechos antes de que pasara todo esto y confiamos en que puedan llegar de Italia, que no haya problemas con el transporte», aseguró Linares.
Si todo va según lo previsto, en mayo empezarán las sueltas del depredador para combatir la plaga allí donde la avispilla está presente. Para conocer cómo ha evolucionado, habrá que esperar a que los castaños broten.