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Carracedelo teme la pérdida de 170 empleos si prohíben choperas en el Sil

El alcalde Raúl Valcarce pide a la Confederación que retire la orden del Plan Hidrológico 2021-2027

Ponferrada

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El Ayuntamiento de Carracedelo ha solicitado a la Confederación Hidrográfica Miño Sil que se retire del nuevo Plan Hidrológico 2021-2027 la prohibición de plantar choperas en terrenos de Dominio Público Hidraúlico (DPH). El Ayuntamiento que dirige el alcalde Raúl Valcarce entiende que la situación es suficientemente grave como para analizar la medida que proponen y que elevarán a aprobación plenaria con una serie de argumentos fundados para que se permita plantar chopos junto a los ríos.

Argumentan en la moción municipal que el hecho de considerar las plantaciones de chopos híbridos como alóctonas, y por tanto no autorizables en el dominio público, de acuerdo a las prescripciones del artículo 34 del Plan Hidrológico vigente, tiene una serie de repercusiones sobre los tramos de los ríos del Bierzo Bajo (Sil, Cúa, Burbia y tramo del Selmo), que dice el alcalde que «no se pueden obviar».

Argumenta como repercusiones indicando que las condiciones actuales de desagüe se verán mermadas: en la actualidad la plantación de chopos en marco permite unas condiciones de desagüe relativamente eficientes. «La visita a cualquier tramo no plantado permite ver el paisaje al que daría lugar el abandono de las explotaciones forestales. El paisaje resultante sería el denominado localmente como zarzal. Es ésta una amalgama de plantas herbáceas y arbustivas en las que la zarza, si bien tiene una contribución importante, no es la única especie», indica en la moción. Añaden que estas zonas se hacen completamente intransitables, ofrecen una enorme resistencia al flujo y seria un autentico problema su generalización, alterándose enormemente la capacidad de desagüe.

Las consecuencias

La pérdida anual sería de 7.700 metros cúbicos de chopos en 424,9 hectáreas y 170 empleos

Igualmente creen desde Carracedelo que la gestión de esos espacios requeriría «ingentes cantidades de dinero a invertir para mantener unas condiciones de desagüe mínimas y comparables con las actuales, que si bien no son óptimas, son aceptables».

En relación con la redacción del esquema provisional de temas importantes del tercer ciclo de planificación: 2021-2027, sobre «evitar la intrusión de especies exóticas invasoras y especies forestales comerciales en la ribera y en la zona de servidumbre (5 metros) fundamentalmente», en el anterior Plan 2016-2021, la Miño-Sil había prohibido plantar las especies exóticas invasoras, «pero no las especies forestales comerciales (ejemplo: las choperas)». El Ayuntamiento de Carracedelo, una vez leído el párrafo aludido, ha analizado los efectos que la aplicación del mismo podría tener, y en base a lo que representan las choperas en este ayuntamiento, se plantea varios argumentos.

Uno de ellos es que el chopo híbrido de producción está extendido por las riberas de su ayuntamiento desde mediados del siglo XIX, repoblado principalmente por las Confederaciones Hidrográficas, Comunidades Autónomas, Consorcios Forestales, Juntas Vecinales, propietarios particulares y el Patrimonio Forestal del Estado. «Resulta de gran interés económico para la economía de los pueblos ribereños, genera trabajo en las zonas rurales (10 puestos por cada 30 hectáreas) y representa un gran interés económico su aprovechamiento industrial en la comunidad autónoma, albergando tres industrias de contrachapado, un de ellas la más grande de Europa y varias industrias de aserrío».

A finales de 2018, la Comisaría de Aguas de la CHMS dudaba de que el chopo fuera una especie exótica invasora y solicitó a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León que hiciese un certificado al respecto como organismo competente en temas medio ambientales. En marzo de 2019 la Consejería envió un informe de calificación del chopo de producción, en el que se determinaba que el chopo híbrido del género Populus «es una especie naturalizada, conforme al artículo 3, aptdo 29 ter, de la Ley 42/2007».

Las consecuencias de la prohibición son muy importantes para las entidades locales que han gestionado históricamente estos terrenos, se impone una restricción al uso con consecuencias sobre los ingresos y la creación de empleo y se introduce una incertidumbre sobre la disponibilidad futura de la materia prima

La cuantificación de estas consecuencias en la cuenca del Sil, según Carracedelo, supone una superficie perdida para choperas de al menos 424,90 hectáreas, un 19% del total. También la pérdida de producción anual de 7.700 m3, que suponen 500.000 euros que dejan de ingresar las entidades locales fundamentalmente, y 3 millones que se reduce la facturación de la industria y la pérdida de 170 empleos, de los que 58 se ubican en el medio rural.