Repatriados
Un berciano logra fletar un avión desde Irlanda con 204 españoles
La Embajada se desentendió de organizar un vuelo donde viajarán medio centenar de menores
Un joven berciano que trabaja de camarero en Dublín (Irlanda), Darío Gómez, con familia en Ponferrada, ha logrado que 204 españoles, entre ellos medio centenar de menores que se encontraban en la isla por estudios, puedan volver a España el próximo día 15 en un vuelo financiado por todos los pasajeros después de que la Embajada no les atendiera en su deseo de volver a sus casas. Darío Gómez ha sido la persona que ha contratado el vuelo chárter, que tendrá un coste de 280 euros por pasajero.
«La iniciativa surgió a raíz de que la Embajada nos negara un vuelo directo a Madrid; nos decía que había otras alternativas como hacer escala en Londres, donde te arriesgas a que te cancelen el vuelo, además de un posible contagio», explica desde la capital irlandesa.
A la vista de lo que estaba pasando con algunos compatriotas, David creó dos grupos de Facebook y Whatsapp y se puso en contacto con varias empresas de viajes y vuelos chárter. Al final, lo pudieron cerrar con Empty Leg. La mayor dificultad fue la cantidad de requisitos para contratarlo como particular. «Los propios organizadores del grupo nos preocupamos de confeccionar las listas de los pasajeros y en menos de 24 horas se vendieron los 204 asientos», explica.
Agilidad
Empty Leg es una empresa que tiene su sede en España en Mallorca y es especialista en la mediación entre particulares, empresas, operadores turísticos, aeropuertos, proveedores de servicios y compañías aéreas Desde hace más de 20 años, gestiona todo tipo de traslados aéreos. «En Empty Leg podemos organizar vuelos privados para cualquier número de pasajeros en todo tipo de aviones, tanto ejecutivos, comerciales...», explican en su página web.
La propia Embajada de España en Dublín ha confirmado el vuelo en su cuenta de Twitter. «La Embajada ha sido informada de que por iniciativa privada, no organizada por @MAECgob, se ha fletado un vuelo chárter Dublín-Madrid para el día 15 de mayo a las 11 horas, llegada prevista a Madrid a las 14:55 horas». Un tuit al que contestan varios españoles residentes en Irlanda con duras críticas por su pasividad. «Iniciativa privada porque de ustedes no salió la iniciativa de ayudar cuando están recibiendo llamadas a diario con el mismo problema». «Fue informada hace muchos días de que había gente que necesitaba volar con un vuelo directo. Hay menores». «Vuelan muchísimos menores». Son algunas de las quejas de los afectados.
Entre los viajeros, explica Isabel Fidalgo, madre de una de las menores, hay también muchos españoles en situación desesperada ya que a consecuencia de la pandemia han sido despedidos de sus trabajos por el cierre de empresas -«la mayoría sin ingresos, que pagan por sus habitaciones alquiladas hasta 800 euros al mes»-, jubilados que viajaron a Irlanda a ver a sus nietos y cuidadores de niños pequeños que tampoco trabajan ya que los irlandeses están confinados en sus casas y no les necesitan.
Otros pasajeros
La Embajada de España en Dublín fletó un avión el pasado 8 de abril pero no se llenó. Muchos padres se negaron ya que el curso no había acabado y temían que después tuvieran problemas para convalidar los estudios en el país.
La única solución para volver a España desde Irlanda es hacer vuelos con escalas, que tienen una alta probabilidad de ser cancelados. Y eso, exponiéndose a que no les reintegren el dinero. Isabel, cuyo marido es de León, conoce gente que se pasado días durmiendo en la escala de Londres «y que han tenido que volver de nuevo a Irlanda». «Esta es la solución que daban desde la Embajada de España, incluso para menores de edad», asegura a la espera de volver a ver a su hija el próximo viernes.
Darío se coordinó inicialmente con 160 afectados para fletar un avión privado. Las plazas sobrantes del avión fueron ofertadas a la Embajada y se agotaron en horas. Ahora, mientras se ultiman los preparativos y las familias respiran ya tranquilas, él se quedará. «Yo llevo en Irlanda algo menos de un año trabajando en hostelería, y en unos meses, si todo va bien, volveré. Los organizadores del grupo no nos conocíamos de nada y ha sido un éxito lo que hemos conseguido».